La selección mexicana de futbol está milagrosamente cerca de clasificar al Mundial de Brasil 2014, pero por primera vez un alto porcentaje de la afición prefiere que sea eliminada con la esperanza de promover un cambio profundo en la organización de este deporte profesional.
En otras palabras lo que muchos piden a gritos es que el Tri pierda contra Nueva Zelanda para que toque fondo y ello obligue a los directivos de la Federación Mexicana de Futbol y a iniciar una transformación radical en el balompié mexicano.
En la reciente eliminatoria de la Concacaf el equipo mexicano mostró un desempeño por demás mediocre y lo mismo sucedió con sus directores técnicos y con los directivos de la FMF.Lo curioso es que este organismo que aglutina a los clubes profesionales, dirige también las selecciones Sub 17, Sub 20 y el equipo olímpico o Sub 23 que han tenido actuaciones por demás destacadas.
La Sub 17 ganó los mundiales de 2005 y 2011 y este viernes disputará la gran final contra Nigeria del campeonato que se celebra en Dubai. La Sub 20 logró el subcampeonato de 1977 y el tercer lugar en el mundial que se realizó en Colombia en 2011.
A su vez el conjunto olímpico consiguió la hazaña de obtener la medalla de oro en las Olimpiadas de Londres 2012 con una actuación impresionante.
Pero los mismos jugadores que se cubren de gloria llegan años después al Tri convertidos en estrellas, vedettes y luminarias, y a duras penas clasifican a los mundiales en donde no alcanzan las expectativas de la afición mexicana.
México ha participado en 14 copas del mundo de las 19 que ha organizado la FIFA cada cuatro años desde1930, con excepción de los años 1942 y 1946.
Desde 1994 México jugó ininterrumpidamente cinco campeonatos en los cuales pasó a la segunda ronda eliminatoria, aunque sin mejorar sus actuaciones de 1970 y 1986 cuando pasó a octavos de final para clasificarse en el sexto lugar.
Pero en el torneo Concacaf rumbo al mundial de Alemania 1974 fue eliminado y ocho años después ocurrió lo mismo al quedar fuera de la copa España 1982.
Fue en 1990 la última y la más vergonzosa ausencia de México en una copa del mundo y ocurrió porque la FIFA castigó a nuestro país durante dos años por haber enviado a "cachirules" a un mundial juvenil.
De ahí en adelante, el Tri llegó a los siguientes cinco mundiales, pero ahora enfrenta uno de sus peores momentos porque en una eliminatoria de repechaje tendrá que enfrentarse a muerte al equipo de Nueva Zelanda.
No es un rival difícil y como diría el comentarista René Cardona, veremos la misma película del pasado: una selección venida a menos que terminará clasificando para beneplácito de los dueños del equipo, es decir los clubes profesionales, las televisoras, las empresas cerveceras y los patrocinadores oficiales.
¿Qué habrá que cambiar para que la selección juegue al nivel de la Sub 17 y la olímpica y a la vez defienda con éxito el nombre y los colores de México?
Es muy sencillo: que el equipo sea dirigido por un cuerpo técnico de expertos y no por un puñado de empresarios que sólo ven por su beneficio.
Que la selección de jugadores y las alineaciones no estén condicionadas por los clubes ni por los patrocinadores como evidentemente ocurre.
Que se elabore un plan a cinco años con evaluaciones periódicas de cada jugador y del staff técnico, sin llegar al ridículo de cambiar directores hasta tres veces en menos de un año.
Finalmente que la selección y sus jugadores sirvan al país y no al extranjero. No es posible que tantos juegos de exhibición sean en Estados Unidos y que ciudades como Torreón, Mérida o Hermosillo nunca vean en vivo a su equipo. Tampoco que jugadores de calidad como Carlos Vela estén fuera por mero capricho.
Tocar fondo sería, pues, lo mejor para el Tri, pronto veremos si Nueva Zelanda pone a la selección en su realidad.
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