Mares se ve enfrentando a Leo Santa Cruz o Guillermo Rigondeaux.
Espalda sobre la lona y primera derrota. Abner Mares no olvida los tropiezos, sino aprende de ellos. Aquella mano izquierda que le conectó Jhonny González cimbró al boxeador tapatío en todo su ser, pues ahora decidió cambiar de cuartel y equipo para lograr la mejor preparación de cara a la revancha que sostendrá el 15 de febrero en Los Ángeles.
Mares se desprendió del coraje que le desencadenó perder por primera vez en su andar profesional, y toma el pleito de febrero como la oportunidad de seguir añadiendo escalones a una carrera que aspire llegue a la cima del mundo.
"Al principio quería la revancha por un tema personal, me dolió mucho perder. Pero mi coaching Marcelo Schejtman me ha enseñado a ver las cosas de diferente manera, desprenderme de sabores de revancha y luchar por objetivos claros", comentó Mares quien en su primera semana en la Ciudad de México ha resentido las complicaciones de la altura. "Me di cuenta en mi última preparación que no es únicamente marcarte, hacer trabajo físico, sino también involucrar lo mental. En mi pelea contra Jhonny González no iba concentrado, varias cosas sucedieron en mi campamento con mi equipo, pero ya lo trabajamos, ahora estamos en una nueva etapa en la que reconocemos nuestros errores para mejorar".