Un trabajador camina por la cancha del Estadio Maracaná en Río de Janeiro. En este estadio se jugará el domingo el partido entre Italia y México. (EFE)
El incesante martilleo, las grúas aún presentes junto a los camiones de carga afuera del Estadio Maracaná de esta ciudad, podría dar la impresión de todo menos de que la Copa Confederaciones 2013 está a unas horas de arrancar.
Decenas de obreros trabajan a marchas forzadas para tratar de culminar con los últimos detalles para el inicio de la Copa Confederaciones, que sea como sea, iniciará el próximo sábado, aunque el Maracaná abrirá sus puertas a un torneo oficial de FIFA por primera vez cuando México enfrente a Italia el domingo.
Hace casi tres años, el Maracaná, una de las catedrales mundiales del futbol, fue cerrado para remodelarlo con vistas al Mundial de 2014 y a los Juegos Olímpicos de 2016, pero por diversos motivos, el coloso, que llegó a ser el inmueble más grande del mundo para el futbol, fue retrasando su remodelación y hasta este jueves no terminaban las obras.
Recientemente, el inmueble fue puesto a prueba con un encuentro amistoso, que dejó ver grandes mejorías al interior, pero en el exterior, aún quedan cosas por terminar, de ahí las marchas forzadas.
Incluso la FIFA, en voz del secretario general, Jerome Valcke, ya se inconformó luego de revisar las sedes y aseguró que es algo que esperan que "no se repita para la Copa Mundial", a celebrarse el próximo año.
Valcke, incluso, impuso una fecha límite para el 31 de diciembre, con tal de ver terminadas todas las sedes brasileñas, porque no solo Maracaná presenta retrasos.
El estadio está prácticamente concluido, pero los obreros terminan de arreglar los exteriores y algunas áreas comunes, además de ligeros problemas con el techo y determinadas puertas de acceso que no han sido detalladas.
A simple vista no parecen pecados mayores, pero la verdadera prueba de fuego para el nuevo Maracaná será cuando comiencen los encuentros oficiales. Para eso ya falta muy poco y entonces sí se podrá hacer un balance real de lo que fue la renovación del legendario coloso, que por lo pronto sigue en retoques finales.
Blatter, diplomático
Poco antes del partido inaugural de la Confederaciones, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, se mostró distendido pese a que continúan trabajos en algunos estadios. "Para mí no es una sorpresa que aún quedan trabajos. Habrá mucho que se resolverá a último momento", apuntó, tras una sesión del comité organizador en Río de Janeiro.