El gobernador del Estado de Sinaloa, Mario López Valdez, admitió que no se dispone de una fuerza policiaca suficiente para mantener una vigilancia en las rancherías y poblados de la zona serrana, en donde en forma esporádica se dan hechos violentos.
Hizo ver que a inicio de su sexenio encontró una fuerza policiaca desarticulada, sin equipos y con más de dos mil plazas vacantes, las cuales no se han logrado cubrir en su totalidad, por la escasa respuesta de jóvenes a convertirse en policías y los rigurosos exámenes de control de confianza que se aplica a los cadetes.
El año pasado, en los municipios de Badiraguato, Concordia, Elota, El Fuerte, Mocorito, Sinaloa, Mazatlán y El Rosario se registró un éxodo de mil 203 familias por problemas de inseguridad y escasez de agua, comentó.
La mayor inmigración, puntualizó, tuvo lugar en las partes más altas de la zona de Sinaloa de Leyva por lo que se desplegó fuertes operativos mixtos con el ejército y las corporaciones policiacas hasta lograr restablecer la tranquilidad, precisó.
El Jefe del ejecutivo estatal, indicó que de nueva cuenta, se volvió a tensar la tranquilad en comunidades serranas de los municipios de Sinaloa y Mazatlán, cuyos pobladores volvieron abandonar sus hogares y buscar refugio en las partes bajas o valles.