Las Águilas vuelan alto. Tras un inicio prometedor, el Atlante se desinfló y el América mostró sus armas para vencerlo 4-0 en partido de la jornada tres disputado en el Estadio Azteca. (Jam Media)
Fue como subir al lomo de un caballito de feria, al que las Águilas pusieron a bailar delante de 40 mil espectadores en el Estadio Azteca. En cuanto el América se puso a tocar, resolvió el compromiso sin oposición alguna y cosechó su tercera victoria consecutiva en tres jornadas del Clausura 2013, algo que no sucedía en un arranque de temporada desde el Apertura 2002, entonces bajo el mando de Mario Carrillo.
El paso perfecto de la tropa de Miguel Herrera pone a temblar a los eternos rivales de los "millonetas", porque el cuadro amarillo ya es superlíder y está decidido a cumplir con cada una de las promesas asumidas para este semestre. Y una de ellas fue montar ayer en caballo viejo y cansado, a lo largo y ancho del Coloso de Santa Úrsula.
Al Atlante, ni los berrinches ni los bigotes de Ricardo La Volpe le ayudaron para salir dignamente de la Capital. Paseado por un implacable América, cayó 4-0 y continuó su inercia al cosechar tres derrotas en fila y cero puntos, totalmente opuesto a la cosecha de nueve puntos de nueve posibles alcanzada por la tropa amarilla.
Y rápidamente, después de un tiro de Joaquín Larrivey que desvió oportuno Moisés Muñoz, el América se hizo del esférico y del compromiso. Así, al 11', Sambueza cobró un tiro libre por el costado izquierdo y Jesús Molina convirtió de palomita. Sí, su segundo gol de la temporada, transformado en recuperador goleador. Tanto que ya tiene su festejo, estilo águila en pleno vuelo.
El ave, con espacios, es peligrosísima y en esa dinámica, Villalpando escupió un disparo, en tiro libre, de "Osvaldito", que Molina pretendió recentrar para "Chucho" Benítez, sin esa fortuna. Luego, al minuto 27, el contragolpe que roba Mosquera para catapultar al paraguayo Martínez, dejó en inmejorable ocasión al ecuatoriano Benítez, cuyo disparo sacudió el poste izquierdo del meta azulgrana.
Hasta que finalmente cayeron los goles en cascada. Al 30', Benítez ingresó trompicado al área y el rebote le quedó a Raúl Jiménez, quien no perdonó de frente a la portería.
En pleno concierto, con Osvaldo y Rubens inspirados, el argentino Sambueza ejecutó un par de paredes con Benítez, éste devolvió fuerte y "Sambu" dejó pasar el esférico para que, engañada la zaga, Jiménez se encontrara con otro pase para gol y así marcó su segundo de la tarde. Una jugada de equipo que prueba el momento de inspiración de las Águilas.