La estrategia del Gobierno federal de incrementar mensualmente el precio de las gasolinas --los llamados gasolinazos--, aunado a la baja en el precio de petróleo, están favoreciendo a las finanzas públicas.
En el primer bimestre del año, el subsidio a las gasolinas y al diesel fue de 12 mil 735 millones de pesos, 66.3 por ciento menor al registrado en el mismo período de 2012, según datos de Hacienda. Esta cifra es también la menor en términos reales que se ha registrado desde 2009. Además, el precio del petróleo cayó 13.7 por ciento entre febrero de 2012 y febrero de este año.
México importa combustibles a precios más elevados que los que paga el consumidor mexicano, por lo que el subsidio es la diferencia entre ambos precios y se expresa como ingresos negativos por el Impuesto Especial a Producción y Servicios (IEPS). Para reducir el subsidio, desde 2010 se implementó un incremento mensual en el precio de la gasolina que, a partir de enero de este año, es de 11 centavos. En febrero pasado, el precio de la gasolina de bajo octanaje aumentó 11.2 por ciento respecto a igual mes del año pasado.
En el mismo mes, la de alto octanaje, como la Premium, aumentó 8.3 por ciento anual, su mayor alza en 51 meses, esto es, desde noviembre de 2008.
El subsidio a la gasolina ha representado un gasto elevado para el Gobierno federal en los últimos años, tan sólo en 2012 alcanzó los 222 mil 757 millones de pesos.
Hacienda ha señalado que el subsidio a la gasolina es altamente regresivo, pues apoya a las personas de más ingresos, quienes poseen uno o más automóviles y que los usan con mayor frecuencia.
