Ninguno de los principales destinos turísticos en México está exento de la violencia relacionada con el crimen organizado, lo que representa un grave riesgo para los vacacionistas que visitan el país durante la temporada conocida como "spring break".
Si bien no hay evidencias de que los cárteles de la droga fijen sus objetivos en los turistas, la expansión de las actividades del narcotráfico a lo largo y ancho del país elevan las posibilidades de que los viajeros puedan encontrarse en un fuego cruzado o estar expuestos a situaciones de violencia, señala un nuevo reporte de la firma Stratfor.
El documento advierte que en los centros turísticos más tradicionales de México -tales como Acapulco, Cancún, Puerto Vallarta y Mazatlán- conviven tanto el tráfico de drogas como los crímenes menores.
Stratfor asegura que muchas de las ciudades costeras con gran afluencia de turistas han crecido alrededor de puertos que juegan papeles estratégicos en el negocio del tráfico de drogas.
El crimen organizado emplea barcos comerciales, así como embarcaciones pesqueras, para transportar cargamentos de cocaína de Sudamérica a México, y muchos cárteles dependen de los hoteles y resorts para "lavar" dinero procedente del narcotráfico.
"Es importante entender el riesgo que implica viajar a un país que mantiene operaciones contra el narcotráfico que involucran a miles de efectivos militares y federales. Algunas partes de México pueden ser descritas como auténticas zonas de guerra. Aunque hay diferencias sustanciales en cuanto a la seguridad en distintos puntos del país, la reputación del país en cuanto a crimen y secuestros está bien ganada", señala el informe.