Estados Unidos consideró este martes que la estrategia de lucha antinarcóticos que comparte con México "requiere de una atención y esfuerzos adicionales" para enfrentar con éxito "una amenaza multifacética a la seguridad nacional" de ambos países.
Al dar a conocer su estrategia antinarcóticos para la frontera sur en 2013, la oficina que encabeza el zar de la droga, Gil Kerlikowske, consideró que "a pesar de los éxitos alcanzados, y de una mejora en la coordinación, en la cooperación, en el intercambio de información y en la unidad de esfuerzos (con México)" aún se requiere de un mayor trabajo para contener la expansión de los cárteles hacia ambos lados de la frontera.
En este sentido, consideró que la estrategia antinarcóticos, sigue siendo un componente esencial de la seguridad fronteriza que hoy sustancia el debate sobre una nueva ley de migración en Estados Unidos.
"Este plan se ha fortalecido a partir del progreso que hemos alcanzado en los últimos años para reforzar nuestra frontera con México, al mismo tiempo que trabajamos para reducir el consumo de drogas en Estados Unidos", consideró Gil Kerlikowske.
En el reporte de la estrategia, que mide los avances y los desafíos que aún permanecen pendientes, la Oficina Nacional de Políticas para el Control de las Drogas (ONDCP) aseguró que entre los retos y desafíos pendientes se mantiene como objetivo primordial "la reducción del tráfico de drogas" a través de su frontera sur.
En este sentido, el informe establece que entre el 90% y el 95% de la cocaína que ingresa ilegalmente a Estados Unidos sigue transitando por el corredor de México y América Central.
Precisamente, este es un enfoque que no es compartido por el gobierno de México que insiste en la necesidad de conseguir la reducción significativa de la violencia.
Apenas el pasado mes de mayo, durante su primera visita de Estado a México, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró que, bajo el gobierno de Enrique Peña Nieto, su administración apoyaba "el enfoque del gobierno de México para reducir la violencia".
El documento dado a conocer este martes demuestra que el cambio en la narrativa de la estrategia sigue sin completarse y que se está produciendo de forma gradual y escalonada, como parte del esfuerzo de ambos países por estar en la misma sintonía en materia de lucha contra el narcotráfico desde el inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto.
En otra parte del reporte anual, la oficina responsable de la estrategia antinarcóticos de la Casa Blanca reconoció que el tráfico de armas hacia México sigue siendo "una amenaza" para la seguridad de ambos países ya que muchas de ellas van a parar a las manos de los carteles de la droga y pueden ser utilizadas lo mismo contra ciudadanos mexicanos como de Estados Unidos.
En un pronunciamiento de carácter voluntarista, el informe sostiene que "basados en los principios de responsabilidad compartida, confianza mutua y respeto a la soberanía e independencia, los esfuerzos de las dos naciones han alimentado la confianza que se transformará y fortalecerá en el 2013 y más allá".
El documento, un reconocimiento al esquema de seguridad y cooperación que nació de la Iniciativa Mérida desde el 2008, apuesta por el mantenimiento y expansión de ese trabajo más allá del 2013 para apostar por la complementariedad de las agencias federales de Estados Unidos (FBI, DEA, ATF, US Marshalls) con las autoridades policiales y los centros de inteligencia de México.