El mayor esfuerzo para controlar la venta y el abuso de armas en Estados Unidos en veinte años, inició durante esta semana.
Luego de dos terribles matanzas de inocentes en el 2012 -la del cine en Aurora, Colorado, y la de la escuela Sandy Hook de Connecticut--, el presidente Barack Obama está dispuesto a cumplir su promesa de proteger a los norteamericanos de ataques armados.
Una serie de drásticas propuestas que incluyen la prohibición de la venta de armas de asalto, límites en el comercio de municiones, proveer servicios de salud mental en escuelas, contratación de más policías y crear un estatuto de control federal, fueron anunciadas por el presidente Obama y el vicepresidente Joseph Biden.
La mayoría de las acciones recomendadas requiere la aprobación del Congreso en donde se espera una durísima batalla política entre demócratas y republicanos. Sin embargo, Obama firmó un decreto con 23 acciones ejecutivas que entrarán en vigor de inmediato.
Las medidas surgieron de la comisión liderada por Biden y creada por Obama después de la tragedia en la escuela Sandy Hook, en donde un joven de 20 años utilizó un rifle semiautomático Bushmaster calibre .223 para matar a 20 niños y seis adultos.
El presidente Obama tomó muy a pecho esta cruzada a favor del control de armas a pesar de las críticas furibundas de los grupos conservadores y organismos poderosos que defienden a capa y espada la venta y uso de armamento, amparados en la histórica segunda enmienda constitucional.
La Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) se opone enérgicamente a las acciones de Obama y para ello utilizó estrategias controvertidas como un video que califica al primer mandatario de "hipócrita elitista" por rechazar el uso de guardias armados en escuelas al tiempo que utiliza a agentes del Servicio Secreto para cuidar a sus hijas.
La Casa Blanca respondió furiosa con un comunicado en donde califica al video de "cobarde y repugnante". En el contenido aparece además una voz con la siguiente pregunta: "¿Son los hijos del Presidente más importantes que los tuyos?".
A raíz de los hechos en Sandy Hook, la NRA mostró deseos de colaboración para encontrar soluciones a estas masacres y posteriormente propuso la asignación de guardias armados en cada escuela de Estados Unidos para desalentar a futuros asesinos.
Algunos miembros de la NRA fueron más lejos al recomendar la capacitación de maestros en el uso de armas. Una voz todavía más extrema sostuvo que si la directora y algunos maestros de la escuela de Connecticut hubieran estado armados, la tragedia se habría evitado.
Lo cierto es que el abuso de las armas de fuego en Estados Unidos no es nuevo ni es un problema fácil de resolver. De 1994 a 2004 se implantó la prohibición en la venta de rifles asalto, entre ellos el temido y popular AK-47, pero extrañamente el decreto no fue ratificado.
El gobierno de Felipe Calderón culpó en repetidas ocasiones a Estados Unidos por facilitar el tráfico de armas a México y promover el fortalecimiento de los carteles de la droga. Prueba de ello fue la operación "Rápida y Furioso" que dejó en ridículo a las autoridades norteamericanas.
Por lo mismo es posible que esta batida del gobierno de Obama contra la venta y tráfico de armas en su país, genere repercusiones positivas e inmediatas en México porque con todo y el cambio de estrategia en el manejo de la violencia por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto, las matanzas, ejecuciones y balaceras entre las bandas de malhechores siguen a la orden del día.
En ciudades como Juárez, Torreón, Acapulco y recientemente el Distrito Federal, la actividad criminal es intensa, situación que ha sido favorecida por el trasiego de armas de Estados Unidos.
De las 23 acciones ejecutivas ordenadas por Obama, destaca el establecimiento de un sistema federal para revisar el historial delictivo y mental de los compradores de armas, una campaña para el uso seguro y responsable de armamento y la creación de mecanismos para incrementar la seguridad en las escuelas del país.
Sin embargo, muy poco valdrá el esfuerzo del gobierno de Barack Obama si el Congreso no aprueba la prohibición en la venta de rifles de asalto, entre otras medidas. La batalla entre Obama y los legisladores que defienden la segunda enmienda será a morir.
Por suerte Obama no busca otra reelección y podrá utilizar a fondo su capital político que dicho sea de paso es todavía abundante. Ya veremos si conserva una parte para la reforma migratoria que a decir de los expertos será debatida en 2013.
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