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AMVEB Laguna

Asociación de médicos veterinarios especialistas en bovinos

MVZ.MA Arturo C. Sánchez-Mejorada Porras

Calidad del agua y producción de leche

En la actualidad los mercados demandan alimentos de origen animal que no causen un daño a la salud del consumidor por lo que para acceder con éxito al mercado, todos los eslabones de la cadena láctea deben asumir esa responsabilidad, desde las unidades de producción hasta el consumidor final.

Las exigencias que imponen los mercados a la producción pecuaria son diversas y complejas, en donde actualmente en primera instancia se centran en la inocuidad agroalimentaría, sin embargo, no dejan de lado lo relacionado al cuidado del medio ambiente y el bienestar animal.

El agua es esencial para las vacas lecheras, es necesario conocer la calidad físico-química y bacteriológica actual, la evolución de la misma y su comportamiento en el transcurso del tiempo.

Las Buenas Prácticas Pecuarias en el manejo del agua para consumo animal implican que el ganado debe tener libre acceso a la fuente de agua fresca.

Limpiar e inspeccionar regularmente los abrevaderos o bebederos para asegurarse de que funcionan correctamente.

Los vertidos de aguas residuales, tratamientos químicos de pastos y cultivos forrajeros, estiércol y cualquier desecho, no deberán entrar en contacto con el sistema de suministro de agua para los animales, asimismo, deberán encontrarse lo más alejado posibles.

El agua utilizada para la alimentación del ganado debe cumplir con especificaciones biológicas y fisicoquímicas tomándose como referencia los mismos requisitos para consumo humano presentados en la NOM-127-SSA1 en su versión vigente elaborada por la Secretaría de Salud de nuestro país.

El agua debe estar libre de contaminación física causada por arena, limo, partículas y materia orgánica. Cabe aclarar que el ganado lechero es sensible a los sólidos disueltos en el agua.

La de buena calidad contiene menos de 2.5 g/l de sólidos disueltos. Los animales pueden tolerar hasta 15-17 g/l, pero la producción declina, debido a que declina su consumo. Los bovinos pueden tolerar hasta 10 g/l de cloruro de sodio, pero basta 1 g/l de sulfatos para causar diarrea, y una concentración de 1 a 200 mg /L de nitratos es potencialmente tóxica.

El agua que no es adecuada para consumo animal, ocasiona disminución en la producción de leche, pobre conversión alimenticia, efectos adversos sobre la salud del animal y deterioro en la calidad de la leche.

Los componentes que afectan sabor, color y olor, son un problema indirecto que provocará un detrimento en el consumo de agua, deteriorando la salud de los animales, así como la producción.

Toda el agua, independientemente de la fuente, debe ser analizada cada seis meses por un laboratorio oficial en contenido de bacterias totales, coliformes totales, coliformes fecales, parasitológico; así como valuar la composición fisicoquímica anualmente.

Un estudio reciente de la Universidad Estatal de Pensilvania que abarca un total de 18,000 vacas en producción nos permite evaluar el impacto económico de este factor singularmente.

Las muestras fueron analizadas para 13 parámetros comunes de calidad de agua. Algunos parámetros incorporados en el ensayo fueron: • pH • El total de sólidos disueltos (TDS) • Nitrato-Nitrógeno • Dureza • Hierro • Manganeso • Cloruro • Sodio • Sulfato • Cobre. No se analizó la calidad microbiológica.

Los resultados encontraron que 45 de las muestras, o el 26 por ciento de las granjas, tenían por lo menos un problema de calidad del agua.

La producción promedio de leche para los 45 establos con problemas fue de 56 libras (25.424 kg) por vaca por día, mientras que los 129 establos con agua de buena calidad fue en promedio 62 libras (29.056 kg).

Esta fue una diferencia del 10 por ciento en contra en la producción de leche en granjas con problemas de calidad del agua Los problemas de calidad del agua pueden ser causados por una multitud de problemas, y la fuente es a menudo difícil de identificar.

Así como construcciones inapropiadas, época de estiaje, primavera -verano, mala ubicación del pozo o de protección del mismo, contaminación por actividad cercana o uso de la tierra y los factores naturales (dureza, minerales, pH) pueden ser todos de impacto en la calidad del agua.

La mejor recomendación práctica para monitorear la calidad de agua en las explotaciones lecheras es como recomendamos hacer una prueba cada seis meses o cuando menos una vez al año en un laboratorio certificado.

La calidad del agua es un elemento que se da por sentado y en general no es bien atendido, si comparamos la inversión para aumentar en antonomasia el 10% de la producción veremos la dimensión de su importancia y tal como mencionamos el elevado impacto económico. En próximas entregas analizaremos las particularidades en la Comarca Lagunera.

Para mayor información consulte al Médico Veterinario Zootecnista, especialista certificado.

arturosanchezmejorada@msn.com

www.amveblaguna.com

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