Marcha.Los activistas buscan que la reforma migratoria sea aprobada pronto e impulsar los derechos de los migrantes en Estados Unidos.
Activistas comunitarios y de derechos humanos, sindicalistas y líderes de inmigración anunciaron ayer jueves que se movilizarán en más de 40 ciudades el 5 de octubre para demandar al Congreso que apruebe una reforma migratoria integral que detenga las deportaciones, frene la militarización de las fronteras y allane el camino a la ciudadanía de 11 millones de personas que viven sin papeles en Estados Unidos.
"El 5 de octubre vamos a marchar por todo el país, desde Los Ángeles a Washington, y de costa a costa. Negarse a votar no es una opción, vamos a tener reforma migratoria, no vamos a dejar de luchar hasta que logremos esa reforma", manifestó Eliseo Medina, secretario y tesorero del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio, en una conferencia de prensa telefónica de la que participaron varias organizaciones.
"Vamos a marchar en la calle y en las urnas. Esta lucha no termina, dure lo que dure, hasta que haya esta reforma", advirtió el líder sindical, quien acaba de anunciar su retiro del sindicato para dedicarse de lleno a abogar por la reforma migratoria. Dijo que esperan que cientos de miles de personas se unan a la movilización.
El 8 de octubre, tres días después de la "Marcha por la dignidad y el respeto de los inmigrantes", habrá una movilización en Washington, dijeron los activistas.
El anuncio tuvo lugar pocos días antes de que la Cámara de Representantes reanude sus sesiones ordinarias. Se esperaba que la reforma migratoria tuviera un lugar central en el debate del Congreso, pero la situación en Siria y el presupuesto nacional, entre otros temas, amenazan con desplazarla a un segundo plano.
Durante el receso veraniego del Congreso los activistas han realizado múltiples actividades por todo el país y han concentrado su atención sobre todo en los legisladores de la oposición republicana más conservadores y reticentes a apoyar la reforma migratoria y en aquellos cuyos distritos electorales son neutrales o tienen fuerte presencia hispana y podrían presionar en favor de la normativa.
Las actividades han incluido visitas y protestas frente a las oficinas de los congresistas, marchas y caravanas vehiculares, campañas por medios sociales y movilizaciones para ganar el apoyo de la ciudadanía estadounidense y los empresarios, entre otras.
El presidente Barack Obama prometió una reforma migratoria desde que asumió su primer mandato en 2009, pero hasta ahora la ley no ha sido aprobada por el Congreso.
Antes del receso, el Senado aprobó un proyecto integral que otorgaría la ciudadanía a los inmigrantes que se encuentran ilegalmente en el país después de cumplir con una serie de requisitos. La Cámara de Representantes, sin embargo, se ha negado hasta ahora a debatir esa iniciativa y en cambio ha aprobado una serie de proyectos individuales focalizados más bien en aspectos policiales de la política de inmigración.