Posterga. Dilma Rousseff (i), y su homólogo, Barack Obama (i), en un encuentro pasado que mantuvieron en la Casa Blanca.
La presidenta brasileña Dilma Rousseff decidió ayer martes suspender su visita oficial a Estados Unidos, que debía comenzar el 23 de octubre, en una decisión largamente debatida en el seno de su gobierno ante el cúmulo de denuncias de espionaje que habría perpetrado la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés).
Las denuncias realizadas por un programa de televisión de la cadena Globo generaron el enojo de la mandataria y de varios de los integrantes de su gobierno, incluso del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien le había recomendado que suspendiera el viaje.
La información oficial fue dada a conocer a través de un comunicado de la secretaría de Comunicación Social, en el que destaca que "los dos presidentes decidieron postergar la visita de Estado, ya que los resultados de esta visita no deben quedar condicionados a un tema cuya solución satisfactoria para Brasil todavía no fue alcanzada".
Esos argumentos coinciden con los dados a conocer hoy por la Casa Blanca en cuanto a que la decisión fue de común acuerdo entre ambos mandatarios. No obstante, fuentes del gobierno brasileño confirmaron que el presidente Barack Obama había vuelto a invitar a Dilma telefónicamente, y fue entonces cuando la mandataria "le comunicó la decisión de suspenderlo".
