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Apuesta IP en la reforma energética

URGE DAR UNA MAYOR CERTIDUMBRE AL SECTOR ENERGÉTICO

Hidroeléctrico. El sector hidroeléctrico es el que mayor capacidad instalada tiene en el país apoyados en proyectos de la Comisión Federal de Electricidad.

Hidroeléctrico. El sector hidroeléctrico es el que mayor capacidad instalada tiene en el país apoyados en proyectos de la Comisión Federal de Electricidad.

EL UNIVERSAL

El sector empresarial asume que la próxima reforma energética trabaja en dos sentidos: por un lado una apertura al sector privado en áreas donde hasta ahora no ha entrado, por el otro, menores restricciones en cuanto a la libertad de operar de Petróleos Mexicanos.

Otra certeza es que el marco institucional y legal del sector eléctrico sigue, en la práctica, sin cambios y aún quedan pendientes de fondo de la reforma que se puso en marcha en 2008 como es autonomía de gestión y bonos ciudadanos.

Juan Acra, presidente de la Comisión de Energía de la Coparmex, afirma que es clara la necesidad de la apertura y que independientemente de los rangos en que ésta se vaya a dar es evidente que se verá ahora a los privados en actividades como la explotación del shale gas, un hidrocarburo donde ahora no se tiene gran producción pero si un gran potencial.

La apertura, dice Acra, debe ser cuidadosa para que no sean los inversionistas extranjeros los que se lleven todo el pastel, si hay restricciones al capital privado deben hacerse de tal forma que los cambios no afecten la inversión nacional.

Reconoce que dependiendo a quién se le pregunte hay un rango de inversión pero, desde su punto de vista, considera que atraerá 50 mil mdd anuales con una apertura en el sector de energía.

Pero, reconoce, la confianza de la apertura debe depositarse en las manos del Congreso de la Unión porque dependerá de la discusión sobre el sector.

El presidente de la Concamin, Francisco Funtanet Mange, dice que se necesita una política de certidumbre a mediano y largo plazo. Además, el interés de la Concamin no es sólo la apertura sino, dice, la reorientación de las políticas públicas dedicadas al subsidio, dice que a través de una reorientación de los mismos puede haber una mayor racionalidad del gasto.

"Deben ser reorientados para que beneficien a quienes más lo requieran", dice.

Pero esta política debe ser acompañada por el uso de energías que generen menor costo, como gas natural, hidroelectricidad o renovables; de esta manera se pueden lograr mejores precios en energía y tarifas competitivas en la industria. Concamin ha reiterado a lo largo de los últimos años que México debe aumentar las tasas de crecimiento y para ello la política energética es un instrumento que resolverá los cuellos de botella existentes.

La apuesta de empresarios es que haya un crecimiento en la infraestructura energética que sea una palanca para el desarrollo, especialmente en infraestructura.

Los industriales hacen hincapié en fortalecer la regulación, lograr mayor coordinación y eficacia en la expansión de la red de transporte de combustibles y transmisión de electricidad, aprovechamiento de mercados internacionales y la integración de energías renovables.

"Si México no modifica su senda energética actual, entre 2016 y 2020 podríamos pasar a ser importadores de energía, pese a contar con enormes potencialidades en la materia", advierten.

Marcos Pineda, analista del sector energético, señala que se necesita que el gobierno y partidos expliquen cómo planean atraer inversión al sector energético con la reforma tomando en cuenta que en el Pacto Por México se fija la intención de conservar toda la producción de hidrocarburos bajo propiedad de la Nación.

Se necesitan definir incentivos para que las grandes compañías de energía participen en proyectos de exploración y producción de hidrocarburos.

Comenta que existe la intención de un grupo importante de empresarios que preferirían poner a Pemex bajo el amparo del derecho mercantil y así se le podría dar mayor certeza jurídica a cada una de las alianzas que la empresa pudiera formar.

"Como opción lo que necesita es que se tome en cuenta que requiere de cambios constitucionales profundos, difíciles de hallar en el Pacto por México", declaró.

 EXCLUYE AL SECTOR VERDE

Luego de que el debate se ha llevado a cabo sobre todo en el tema petrolero, en la reforma energética poco se habla de las necesidades de otras industrias como es el caso de la electricidad creada a partir del viento, por ejemplo.

De acuerdo con cifras de la Asociación Mexicana de Energía Eólica (Amdee) la meta es de alcanzar en el 2020 los 12 mil Megawatts (MW) de capacidad instalados en el país, esta cifra es 9 veces más de lo que se ha construido hasta hoy.

Hoy la energía verde que más se tiene en todo el país es la hidroeléctrica con poco más de 16 mil MW pero están apoyados sobre todo en los grandes proyectos de la Comisión Federal de Electricidad cuando lo que se requiere es explorar nuevas opciones como son las mini hidroeléctricas.

Sin embargo, una de las advertencias que se tienen es el cuello de botella que significa la actual red de transmisión de energía que no está creciendo conforme a los requerimientos de las empresas que se están instalando en la zona del estado de Oaxaca.

Por otra parte, de acuerdo con las cifras presentadas en la Estrategia Nacional de Energía (ENE) 2013-2027 el combustible limpio al que se quiere apostar es al gas natural, una fuente de energía fósil aunque mucho más limpia que el petróleo.

La meta que se planteó en la administración pasada era que al menos el 35% del total de la energía del país fuera de fuentes verdes para reducir la emisión de los gases de efecto invernadero.

Lo que se nota actualmente con la estrategia es que será el gas natural (o incluso podría ser el shale gas) el combustible con mayores usos.

Los cambios energéticos

Se aproxima la discusión de una nueva reforma energética. El gobierno y los partidos han dejado claro que durante este año habrán de discutir modificaciones al marco jurídico del sector. La atención y los argumentos se han centrado, desde un inicio, en la industria petrolera nacional.

A partir de que Enrique Peña Nieto tomó posesión como presidente de México, el clima político se ha distendido. La firma del Pacto por México es, quizá, el más claro ejemplo de los nuevos aires que impregnan el ambiente político.

La coyuntura actual, marcada por una frágil concordia, representa una buena oportunidad para emprender una verdadera transformación de la industria petrolera. Además de la habilidad que ha mostrado el gobierno para acercarse a los partidos representados en el Congreso y de la voluntad que ha manifestado buena parte de la oposición para dialogar, faltan por superar diferencias de fondo.

Aunque el Pacto por México es un buen punto de partida para buscar que el sector energético sea en un verdadero motor de crecimiento económico, es necesario que los actores involucrados en la discusión de una reforma energética se esfuercen más para construir definiciones concretas que superen las generalidades del acuerdo.

Dependiendo del resultado por la discusión de este compromiso, el gobierno y los partidos firmantes del Pacto por México podrían correr el riesgo de establecer una limitante para que las empresas petroleras inviertan.

Será necesario, también, que los actores involucrados revelen la forma en que buscan convertir a Pemex en una empresa pública de carácter productivo.

Su implantación significa trastocar intereses que confluyen hacia el interior del Consejo de Administración y en gran parte de su estructura administrativa.

Involucra, además, una serie de ajustes para rescatar a Pemex de las manos de la Secretaría de Hacienda. ¿Estarán dispuestos los funcionarios de Hacienda a dejar de controlar y ejercer los cuantiosos recursos que la paraestatal paga en forma de impuestos?

El gobierno y los partidos, por otro lado, tendrán que explicar qué leyes se habrán de reformar para ampliar la capacidad de ejecución de la industria de exploración y producción de hidrocarburos.

En el caso particular de los principales funcionarios del área energética, el Presidente tuvo el acierto de armar un equipo cuya conformación podría ser un elemento decisivo para aprobar una reforma energética. Al frente de la Secretaría de Energía (Sener) designó a Pedro Joaquín Coldwellm quien se distingue por ser un político que, como ex presidente del PRI, conoce los intereses de ese partido y tiene experiencia para acordar con los diferentes grupos. Además, es reconocido por la oposición como un interlocutor válido.

Como director de Pemex nombró a Emilio Lozoya, una de las personas que durante la campaña presidencial y en el periodo de transición estuvo cerca del hoy Presidente. El joven funcionario no está atado a los intereses que rodean a la empresa y cuenta con la confianza del Presidente. Esto, sin duda, le facilitará las cosas al defender las propuestas que presente el Ejecutivo.

Arturo Carranza, el autor es licenciado en Relaciones Internacionales y asociado de 12 Solana Consultores.

12 MIL Megawatts (MW) de capacidad instalados en el país, es la meta para 2020
Si México no modifica su senda energética actual, entre 2016 y 2020 podríamos pasar a ser importadores de energía, pese a contar con enormes potencialidades en la materia

— MARCOS PINEDA, analista del sector energético

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