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Aquí no pasa nada

Mirando a fondo

VÍCTOR GONZÁLEZ AVELAR

COMO SE DICE de algunas personas que llevan una doble vida, así parece que este país lleva también una doble vida. Una, la que viven los mexicanos diariamente como es levantarse, arreglar a los hijos para ir a la escuela, salir al trabajo, regresar a la casa jugar con los vástagos, cenar, ver la televisión, tratar de dormir y prepararnos para el siguiente día, pues aquí no pasa nada.

DE IGUAL MANERA transcurre naturalmente la vida en el ámbito nacional. El gobierno anuncia obras, las cámaras de diputados y de senadores se reparten festivamente millones de pesos; los partidos políticos se pelean entre sí y algunos hasta se rasgan las vestiduras en defensa de la soberanía petrolera; Gustavo Madero anuncia que hará del PAN el mejor partido de México y ya lo logró partiéndolo totalmente; los ciudadanos están sumamente preocupados por el Tri, y así hasta el infinito, pues en este país no pasa nada.

EN ESTE UNO DE LOS mundos mexicanos los vendedores ambulantes e informales prosperan de maravillas; la gente se arremolina ávida frente a la piratería callejera. Los jueces dictan sentencias, los abogados las apelan, los centros nocturnos, cabarets y antros son libérrimos lugares de venta y trasiego de droga; las señoras invaden los centros comerciales para comprar frenéticamente y de manera compulsiva garras y trapos que no necesitan; los hombres se meten en las cantinas para ver partidos de futbol acompañados de sus amigotes; los cinéfilos se apoltronan en su butaca provistos de enorme dotación de palomitas para ver películas de niños (no exhiben de otras); todos son felices sean honestos o bandidos, pues por fortuna en este país no sucede nada.

EN ESTE PRIMER mundo feliz miles de nacionales invaden las carreteras rumbo a los destinos turísticos para ocupar hoteles, villas y departamentos en las playas. Otros con más recursos salen al extranjero a gastar lo bien o mal habido. Los amigos se siguen reuniendo para mantener y acrecentar ese gran valor que es la amistad; otros deambulan por las agencias de automóviles buscando un carro nuevo; muchos aparecen riéndose felices en las páginas de sociales y en las revistas del corazón (¿se estarán riendo de nosotros?) ciertos que aquí no pasa nada.

PERO ESTE ES SOLAMENTE uno de los dos méxicos. Existe otro, el que no queremos ver menos reconocer, pues nadie nos puede negar ni quitar nuestro derecho a aspirar la felicidad. Se trata de ese otro que diariamente nos asalta con manchas de sangre y miedo a través de los medios y los mismos espacios citadinos en donde vivimos.

ESTE OTRO MÉXICO sí es totalmente real. Es el México en donde pueden desaparecer 12 personas como si se hubiesen molecularmente desintegrado; es el país en donde sus fuerzas policiacas y militares pueden ser emboscadas por la delincuencia que más me parecería, una verdadera guerrilla; aquí pueden desaparecer 30 músicos integrantes de dos bandas gruperas y no pasa nada. Es el país en donde amanecen diariamente decenas de muertos encobijados por todos los rumbos del territorio nacional. Es el México en donde están impunes y sin castigo más de 70 mil asesinatos. Es la tierra en donde se encuentran tumbas clandestinas por doquier; es el México en donde las carreteras pueden ser bloqueadas impunemente, ser tomadas las presidencias municipales por grupos anarquistas y también asesinar candidatos; aquí es donde la delincuencia puede "cobrar piso" a comerciantes y aserraderos; aquí se puede extorsionar a los industriales, a los constructores, transportistas y tampoco pasa nada.

EN ESTE PAÍS los particulares pueden asumir el carácter de fuerzas del orden público simplemente tapándose la cara con un paliacate y bloquear una carretera. Aquí un grupo de enmascarados, por minúsculo que sea, puede desarticular cualquier proyecto del gobierno federal para construir una carretera, una presa o un aeropuerto de interés nacional; es un país en donde tres de sus estados federados están virtualmente en manos de la delincuencia y la anarquía, aunque mejor sería decir en poder de una guerrilla muy sui géneris y en donde tampoco pasa nada.

DE AHÍ QUE estemos viviendo dos mundos de tipo virtual: uno, el de nuestra vida diaria con nuestras rutinas y propia problemática, y el otro, el mundo, el de la impunidad total, de la guerra que libra el gobierno en contra del crimen organizado y los encapuchados anarquistas, que cotidianamente nos salpican de sangre, esa sangre que llegados ya al hartazgo, nos negamos a ver y ese otro México que los ciudadanos y los gobiernos a los tres niveles se niegan reconocer.

POR LO que se está viendo, las cosas se ponen al presidente Enrique Peña Nieto más difíciles de lo previsto. Si el gobierno se las está viendo negras, los ciudadanos de a pie la estamos viendo más que negra: negrísima.

Comentarios:gaasoc@hotmail.com

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