David decidió esperar en el interior de su auto a que pasara la tormenta que cayó la noche del miércoles, pero un árbol cayó sobre el vehículo y un alud lo arrastró hasta topar con otro auto detenido por un muro.
El lodo se metió por los vidrios rotos y le llegó al pecho. La única forma de pedir ayuda fue al tocar el claxon. A la misma hora, en la casa de Fernando Estrada, sobrino de David, la televisión se apagó y sacó humo, luego de un estruendo. El árbol caído afectó el tendido eléctrico.
De repente entró una prima de Fernando, alertada por no encontrar su papá. Salieron a buscarlo a gritos en medio del deslave que había ocurrido sobre Prolongación Juárez, en la colonia San Pablo Chimalpa.
“Ya estaba un árbol tirado, una camioneta volteada, no me había percatado dónde estaba mi tío, él fue quien comenzó a tocar el claxon. Fui hasta donde estaba, le pregunté si estaba bien, y me grito ‘¡ayúdame!’”, recordó Fernando, de 24 años.
Vecinos se acercaron a ayudar. Utilizaron una barreta, que después de mucho forcejear sirvió para abrir la puerta del Chevy gris en el que estaba atrapado David, quien resultó con una contusión en el costado, raspones y cortadas leves, por lo que tuvo que ser trasladado a un hospital.
Además, la camioneta del padre de Fernando también resultó pérdida total: “Un poste se cayó y perforó el parabrisas, por fortuna no había nadie”. La pick-up roja quedó inservible por el peso de la tierra que cayó sobre ésta.
Fernando expresó incertidumbre, pues frente a su casa, donde ocurrió el alud, ha quedado otra vivienda desalojada muy vulnerable para caerse con otro deslizamiento de tierra. “No sabemos qué pasé, porque siguen las lluvias y con otro deslave esa casa se va a caer”.
