Plan. Obama (d) escucha el discurso sobre la reforma ofrecido por la nigeriana Tolu Olubunmi.
El Senado comenzó formalmente ayer a debatir una reforma migratoria que concedería la opción de la naturalización a 11 millones de inmigrantes sin documentos, horas después de que el presidente Barack Obama exhortó a los legisladores a aprobarla.
Tras aprobar dos medidas de procedimiento por amplio margen, el pleno del Senado dejó abierto el debate de un proyecto de ley redactado por un grupo bipartidista de ocho senadores que busca condicionar a un reforzamiento de la seguridad fronteriza la opción a la naturalización de los 11 millones de inmigrantes sin papeles que no tengan prontuario policial, que paguen multas por 2,000 dólares y que pasen 10 años con un estatus provisional que les permita trabajar y viajar al extranjero.
Hasta la noche del martes, 16 senadores habían presentado 46 enmiendas al proyecto de ley -incluyendo 11 con estrictas correcciones técnicas- y se esperaba que la cifra aumentara durante las próximas horas.
TRES ENMIENDAS
El demócrata por Vermont Patrick Leahy introdujo tres enmiendas al comenzar el debate, incluyendo una para garantizar los mismos derechos a las parejas homosexuales que a las heterosexuales, como el poder solicitar la residencia y ciudadanía de la pareja gay que no tiene estatus legal.
Leahy había desistido de presentar esa enmienda durante el debate celebrado el mes pasado por la comisión judicial que él preside, ante las advertencias de dos senadores republicanos autores del proyecto de ley de que esa enmienda los obligaría no sólo a votar en contra sino a abandonar el llamado grupo de los ocho.
"La búsqueda de protección legal igualitaria para la comunidad LGBT es lo correcto. Ahora que el Senado en pleno se dedica a debatir el proyecto de ley migratoria, la pelea por la igualdad debe continuar", indicó.
El republicano por Iowa Chuck Grassley presentó una enmienda para que el departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) certifique haber logrado control efectivo de la frontera con México durante seis meses antes de que los inmigrantes sin documentos puedan comenzar los trámites para su legalización.
El proyecto de ley actualmente establece que los interesados pueden iniciar los trámites para su legalización después de que DHS presente al Congreso dos planes de seguridad fronteriza.
VEN ERRORES SERIOS
El jefe de la bancada republicana, el senador por Kentucky Mitch McConnell, dijo que el proyecto de ley incluye "errores serios" pero que votó a favor de debatirlo porque "en los próximos días serán necesarios cambios importantes en este proyecto de ley si ha de convertirse en ley. Éstos incluyen, pero no se limitan, a las áreas de seguridad fronteriza, beneficios gubernamentales e impuestos", indicó.
SE MANTIENEN UNIDOS
Los ocho autores del proyecto en el Senado se han mantenido unidos hasta el momento para rechazar enmiendas que pondrían en riesgo la esencia de su iniciativa, pero varios senadores preparan enmiendas sobre asuntos polémicos como seguridad fronteriza, pago de impuestos atrasados y seguro médico.
Uno de los ocho autores del proyecto de ley, el demócrata por Nueva York Chuck Schumer, dijo a los senadores que critican a la iniciativa por considerar que no garantiza de manera adecuada la seguridad fronteriza que "si tienen una mejor idea, díganla".
El senador demócrata por Virginia Tim Kaine intervino en español en el pleno del Senado para expresar su apoyo a la reforma migratoria.
"Creo que es apropiado que tome unos pocos minutos para explicar la legislación en español, un lenguaje que ha sido hablado en este país desde que misioneros españoles fundaron a San Agustín, Florida, en 1565", indicó. "El español también es hablado por casi cuarenta millones de americanos con mucho invertido (Sic) en el resultado de este debate."
Algunos republicanos dijeron que quieren fortalecer las disposiciones sobre seguridad en la frontera para poder votar por el proyecto.
Mientras el Senado se apresta a debatir un proyecto de ley integral, un grupo bipartidista de siete representantes en la Cámara baja -controlada por republicanos- aún no ha presentado su versión de una reforma integral pese a que negocia de manera interrumpida desde 2009 a puertas cerradas.