¿Qué es arte? ¿Desde cuándo podemos considerar una producción como un objeto de uso cotidiano como una pieza de arte? ¿Es acaso la civilización reciente autora de las más grandes obras de arte? Preguntas que requieren respuestas más que complejas, en las cuales autores se han empeñado en responder pero siguen siendo los catalizadores de nuevos puntos de partida para respuestas a las mismas preguntas.
Podemos afirmar que en general a las personas les atrae lo bello sea un cuadro, un edifico o un paisaje de la naturaleza y bajo esa premisa llámanos arte a lo que consideramos con esa característica en especial, Gombrich un historiador de arte afirma que está bien llamarle de ese modo, pero debemos tomar en cuenta que esa palabra puede significar muchas cosas dependiendo del lugar y el tiempo en que nos encontremos. Por lo cual es diferente el criterio al ver un mosaico de Pompeya que un cuadro de Kandinsky.
En la época antigua, el arte estaba en función de un fin específico, manifestaban una función definida que generalmente era de carácter mágico-religioso. Este arte es primitivo ser más cercano al emerger de la humanidad, ya que sus técnicas requerían una gran especialización y habilidad por parte del artista. De esta manera evoluciona el arte en el transcurso de cambios de mentalidad y exigencias dictadas por la época.
Al tocar el tema de arte antiguo resulta sencillo pensar en las pinturas rupestres de Lascaux en Francia, pero existieron unos maestros que pretendían mantener con vida aquello que conocían por medio de su forma de expresión: los egipcios, basando su forma creativa en la observación y en su conocimiento, plasmaron sobre roca su saber, de ahí sus formas angulosas características, para mostrar todo lo que conocían del cuerpo humano en la representación de dioses o faraones. Como lo muestra la pintura mural en la tumba de Knumhotep (1900 a.C.), en la cual se puede percibir una forma poco cómoda en la cual está distribuida la figura humana.
Hubo también una isla, Creta, cuyos gobernantes eran tan acaudalados que enviaron emisarios a Egipto donde tomaron parte del estilo para llevarlo a Grecia, que desarrolló un arte aún práctico pero con mayor sentido de armonía y movilidad. De entre las ciudades de Grecia, Atenas fungió como centro de experimentación en cuanto al progreso del arte propio griego, la pintura floreció en la cerámica, donde se presentaban escenas geométricas que evolucionaron a verdaderos sucesos teatrales, tales como un vaso donde se muestra a Aquiles y Ajax jugando a los dados (540 a.C.). La maestría de los artistas griegos se hizo pronto de gran fama, escultores, pintores y maestros de la fundición de metales eran admirados no sólo por su mismo pueblo sino también por coleccionistas romanos que adquirían según sus posibilidades obras de artesanos griegos. En particular, los romanos desarrollaron el arte en la arquitectura civil, cuyas obras son de carácter utilitario, como ejemplo podemos mencionar el coliseo Romano (Siglo I d.C.) que en su espléndida arquitectura encontramos vestigios del conocimiento de técnica anterior, ya que en sus los pisos de arcos encontramos los estilos dórico, jónico y corintio provenientes de la cultura griega. Lo que hace de esta obra una síntesis del conocimiento anterior y las innovaciones como lo son los arcos, una estructura novedosa y funcional.
Estas tres grandes culturas no sólo llenan de fascinación con sus vestigios arqueológicos a cuantos se adentran a conocerlas, también nos enseñan como la humanidad ha ido caminando a través de cambios pero siempre con el mismo empeño de trasmitir su forma de vivir y ser de acuerdo a tiempo que en el que le tocó existir.
