Unos tres mil manifestantes se concentraron en la Avenida Habib Bourguiba de la capital tunecina, centro de las protestas de la Revolución Jazmín. EFE
La muerte del líder opositor tunecino Chokri Belaid, asesinado hoy a tiros a las puertas de su casa, desató la ira de miles de personas que salieron a las calles a Túnez para exigir la renuncia del ministro de Interior, Ali Laridi.
Al grito de “¡Todos somos Chokri!" "Oh Chokri, mártir, vamos a seguir tu camino!" y "Este es tu último día Laridi”, unos tres mil manifestantes se concentraron en la Avenida Habib Bourguiba de la capital tunecina, centro de las protestas de la Revolución Jazmín.
Belaid, uno de los principales dirigentes del opositor partido tunecino Patriotas Demócratas Unificados (PPDU), fue asesinado a tiros por hombres armados, que le dispararon en la cabeza y el cuello, cuando salía de su casa en Túnez para ir al trabajo.
Los manifestantes intentaban llegar hasta la sede del Ministerio del Interior para exigir la renuncia de Laridi, cuando cientos de miembros de las Fuerzas de Seguridad y Antidisturbios les cerraron el paso a la altura de la calle Mohamed V, provocando un enfrentamiento.
Los uniformados lanzaron gases lacrimógenos para frenar el avance de los manifestante, quienes a la vez les arrojaron piedras, palos y bombas incendiarias para defenderse según un reporte del diario Tunisia Live en su página en Internet.
Policías y decenas de manifestantes se enfrentaron también al paso de la ambulancia que transportaba el cadáver de un líder opositor al hospital “Charles Nicole” de la capital tunecina, donde le es practicada una autopsia.
"¡El pueblo quiere la caída del régimen!", gritaban al unísono los decenas de manifestantes que rodeaban el vehículo con el cuerpo de Belaid, férreo opositor al gobierno de los islamistas en la República de Túnez.
Algunos de los manifestantes atacaron las oficinas del gobernante partido Ennahda en Túnez y otras ciudades cercanas a la capital, así como oficinas de gobierno, mientras que maestros de educación básica suspendieron las clases para unirse a las protestas.
Las manifestaciones se extendieron a al menos a otras 10 ciudades del país, entre ellas Gafsa, Sfax, Susa, Siliana, Sidi Busid, Kebili y Medenin, en las que fueron saqueadas oficinas de gobierno y diversos comercios.
Ante la violencia desatada, el presidente Moncef Marzouki, quien se encuentra de visita oficial en Francia decidió suspender sus actividades y su posterior viaje a Egipto para regresar de inmediato a casa y examinar la situación, que podría agravarse.
En un discurso ante el Parlamento Europeo en la ciudad de Estrasburgo este de Francia, el mandatario tunecino condenó el asesinato del líder opositor, que calificó como un atentado contra la Revolución de 2011 contra el régimen de Zine El Abidine Ben Ali y llamó a la calma.
"Hay muchos enemigos de nuestra revolución pacífica", dijo el mandatario, tras condenar el atroz asesinato de Belaid y comprometerse a dar con los responsables y llevarlos ante la justicia.
Belaid era el coordinador del Patriotas Demócratas Unificados (PPDU), un partido de izquierda y parte de un grupo de partidos de oposición que ha estado desafiando al gobierno desde que llegó al poder en octubre de 2011, tras las elecciones surgidas con la Primavera Árabe.