Tragedia. Familiares de las víctmas en una instalación naval se abrazan después de salir de misa que se ofreció en Washington.
El exreservista de la Armada que mató a 12 personas en una instalación naval de Washington creía escuchar voces y recibía tratamiento psiquiátrico, pero nunca le fue revocada su autorización para pase de seguridad, dijeron ayer martes las autoridades.
Aaron Alexis, experto en informática de 34 años de edad y quien trabajaba como contratista para una empresa en la industria de defensa, utilizó un carnet válido para entrar en las resguardadas instalaciones el lunes por la mañana y disparó a mansalva, informó el FBI. Fue abatido por la Policía.
Dos días antes, Alexis había acudido a una tienda de armas y municiones que incluye un campo de tiro, donde adquirió una escopeta y proyectiles. El abogado de la tienda Sharpshooters, Michael Slocum, dijo que Alexis estuvo el sábado en el lugar, donde rentó un fusil, compró balas y utilizó el campo de tiro. Luego compró una escopeta y 24 cartuchos.
El abogado dijo en un correo electrónico que la tienda realizó una verificación federal de antecedentes de Alexis, la cual fue aprobada. El lunes, la Policía fue a la tienda, situada a unos 22 kilómetros del astillero naval, donde revisó videos y documentación.
Las razones que llevaron al asesino a perpetrar semejante matanza no se saben todavía. Es la más grave masacre en una instalación estadounidense desde la de Fort Hood, en Texas, en 2009.
Fuentes policiales dijeron que a todas luces, no se trata de terrorismo, y que no se han hallado panfletos ni escritos que apunten hacia una ideología política o religiosa. Alexis tenía un historial de problemas psiquiátricos, entre ellos paranoia e insomnio, y alucinaba pensando que escuchaba voces, dijeron las fuentes, que pidieron no ser identificadas.
El individuo llevaba recibiendo tratamiento médico desde agosto en el Hospital de Veteranos de Guerras, añadieron las fuentes.
La Armada no llegó a declararlo mentalmente incapaz, lo que hubiera llevado a que le retiraran la autorización para entrar a ciertas instalaciones y recibir información. El ataque previsiblemente avivará el debate sobre la necesidad de revisar mejor los antecedentes de personas que son contratadas por terceros y que tienen acceso a instalaciones y equipos de alta seguridad, como ocurrió con Edward Snowden, quien filtró secretos del gobierno recientemente tras ser un contratista de tecnología para la Agencia de Seguridad Nacional.
El secretario de la Armada, Ray Mabus, ordenó dos revisiones de seguridad el martes para investigar la seguridad de las instalaciones navales y cómo se verifica a sus empleados.
Un funcionario de defensa de alto nivel también dijo que el secretario de Defensa, Chuck Hagel, planea ordenar una revisión de la seguridad física y el acceso a las instalaciones del departamento en todo el mundo.
Horas después del suceso del lunes, empezaron a dilucidarse datos biográficos sobre Alexis: un hombre negro, criado en la ciudad de Nueva York quien se había convertido al budismo, pero sufría de arranques de furia. Su última dirección conocida era en Fort Worth, Texas.
Solía quejarse de la Armada y de cómo era víctima de discriminación. Se había metido en problemas con la ley debido a incidentes con armas de fuego en el 2004 en Texas y el 2010 en Seattle. Fue acusado de alterar el orden público tras ser expulsado de un club nocturno de Atlanta en 2008.
Los incidentes de insubordinación, mala conducta y ausencias no autoorizadas obligaron a la Armada a darle de baja anticipadamente en el 2011, tras casi cuatro años siendo reservista, dijeron fuentes oficiales. Durante su servicio militar, trabajó reparando sistemas eléctricos de aeronaves en Fort Worth.