Llega la hora cero para el pueblo de Venezuela que el próximo domingo decidirá si mantiene el régimen socialista instaurado por Hugo Chávez o regresa a la senda democrática y de libertades que abandonó hace catorce años.
La muerte y el posterior endiosamiento que hizo el gobierno de la figura de Chávez inclinan indudablemente la balanza a favor de Nicolás Maduro Moros, actual presidente encargado y un exlíder sindical ambicioso que manejó astutamente la enfermedad de su predecesor.
Maduro escaló en muy pocos años la intrincada escalera del poder en Venezuela. De conductor del metro de Caracas se convirtió en líder del sindicato y miembro de la junta de gobierno de esa paraestatal hasta ocupar la Presidencia a la muerte de Chávez.
Fue también diputado, presidente de la asamblea nacional, ministro de Relaciones Exteriores de 2006 a 2013 y vicepresidente de octubre de 2012 al pasado 5 de marzo.
Está casado con Cilia Flores, exprocuradora general de la República, exdiputada de la asamblea nacional y quien fuera abogada de Chávez cuando estaba preso por el intento de golpe de estado en 1992. Maduro y un grupo de líderes visitaron un año después a Chávez para solidarizarse con su causa y tiempo después se convirtió en un cercano colaborador del fallecido mandatario.
Maduro, junto a su futura esposa y otros activistas, ayudaron a Chávez a formar su movimiento político tras recibir su indulto por parte del presidente Rafael Caldera el 27 de marzo de 1994. De ahí inició una cercana amistad que nunca terminó.
Maduro ha explotado intensamente la figura de Chávez para ganarse adeptos y lograr llenar el hueco que dejó el líder venezolano. Pero evidentemente no tiene la capacidad y el arrastre de su antecesor.
Por el contario Maduro ha cometido varias pifias y excesos que aparentemente no afectarán el resultado final de las elecciones del domingo en donde la fuerza del partido en el poder y sus comparsas serán determinantes para obtener la victoria.
Uno de los excesos más criticados de Maduro fue su insistencia en embalsamar el cadáver de Hugo Chávez para hacerlo "eterno" al igual que líderes comunistas "como Ho Chi Min, Lenin y Mao". Pero ni siquiera Chávez estaba de acuerdo en ello, en una ocasión declaró que embalsamar cuerpos "es una cosa macabra, un signo de la inmensa descomposición moral que sacude este planeta".
Días después del sepelio, Maduro declaró que se complicaba este plan y finalmente el gobierno de Venezuela descartó la idea cuando una comisión médica de Rusia dictaminó que el proceso debió iniciarse antes y que para lograr un embalsamiento exitoso se requerían de siete a ocho meses de trabajo científico.
Recientemente Maduro reveló a los medios que un pajarito se paró en un árbol cerca de él para anunciarle con su silbido que ganaría las elecciones. Luego afirmaría que esa ave era nada menos que el espíritu de Chávez.
El candidato de la oposición Henrique Capriles Radonski es un tenaz luchador de esa democracia y libertad que el régimen chavista afectó severamente en la última década.
Capriles es abogado, militante del Partido de Justicia, de apenas 40 años de edad y gobernador con licencia del estado Miranda. Fue el último y el más joven vicepresidente del extinto Congreso de la República y presidente de la Cámara de Diputados entre 1999 y 2000 hasta su disolución y la entrada en vigor de la Asamblea Nacional.
En las elecciones presidenciales de octubre de 2012, cuando ya Chávez evidenciaba signos de su avanzada enfermedad, obtuvo el 44.3 por ciento de los votos contra el 55 por ciento del entonces presidente venezolano.
En las últimas semanas, Capriles ha dado muestras de fuerza política al reunir grandes conglomeraciones en los mítines de campaña. Los escasos medios independientes que todavía laboran en Venezuela expresan cierta esperanza de que en este segundo intento Henrique Capriles logre derrocar al régimen chavista por la vía democrática.
Nada fácil será que así suceda porque aun cuando los votos llegaran a favorecer a Capriles, el régimen socialista haría hasta lo imposible por mantenerse en el poder. El fantasma Chávez gobernará Venezuela al menos por el nuevo período de 2013 a 2019.
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