Asustados

Los políticos andan asustados en Guerrero. Tienen miedo de que los maestros de la Coordinadora se enojen por no cumplir todos sus deseos y vuelvan a bloquear la Autopista del Sol en esta temporada vacacional.

Con el acuerdo de la noche del 23 de marzo, el gobierno de Ángel Aguirre Rivero ha aceptado pagar a los maestros los días en que éstos no han trabajado, retirar las denuncias contra quienes violaron la ley y hacer una nueva ley local de educación según las exigencias de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG).

En un tiempo récord, en efecto, el gobierno guerrerense ha liberado las quincenas de más de 6 mil docentes de la CETEG que se encontraban en paro desde el 25 de febrero y que ahora están de vacaciones. Ya el viento se llevó las palabras de la secretaria de educación del estado, Silvia Romero Suárez, quien el 14 de marzo dijo que, además de los descuentos de nómina, habría investigaciones "que puedan derivar [en] el término de la relación laboral tal y como lo señala la ley". El gobernador Aguirre se avergüenza hoy, al parecer, de sus palabras pronunciadas en la misma fecha: "Creo que cualquier persona de cualquier oficio, de cualquier profesión, tiene que cumplir con sus obligaciones para que se les pague, ¿no es verdad?".

Con la cola entre las piernas, el gobernador Aguirre se ha apresurado a también mandar una iniciativa de nueva ley educativa para el estado. La propuesta se presentó el lunes 25 de marzo, apenas unas horas después del acuerdo de la noche del 23. Pero la CETEG no está satisfecha con estas muestras de sumisión. Ya ha advertido a los legisladores locales que si no aprueban esta reforma a más tardar hoy miércoles 27 de marzo y exactamente como se les dictó, habrá nuevas movilizaciones y, presumiblemente, bloqueos de la Autopista del Sol que podrían ser un golpe brutal contra la economía de Acapulco. Con razón los políticos corren como gallinas sin cabeza.

En Oaxaca también están asustados, aunque ahí, por lo menos, el gobernador Gabino Cué no se ha rendido incondicionalmente. Como tampoco se atreve a enfrentarse a los activistas, empero, la sociedad oaxaqueña es rehén de los abusos de maestros y normalistas. Los bloqueos de calles y plantones se han hecho cotidianos. Los robos de vehículos de transporte público o de carga son tolerados por la autoridad. En las últimas semanas se han puesto de moda también los bloqueos a tiendas y centros comerciales. El 26 de marzo fueron tomadas emisoras de radio y televisión. Los activistas buscan abiertamente generar el mayor daño posible a los ciudadanos…. y el gobernador, en su escondrijo, olvida su promesa inaugural de cumplir y hacer cumplir las leyes.

El gobernador Aguirre de Guerrero tiene algo de razón cuando señala que el gobierno federal promete mucho, pero apoya poco o nada. La Autopista del Sol, bloqueada durante nueve horas el 22 de marzo, es una vía federal, pero el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto tampoco se ha atrevido a liberarla cuando es bloqueada. La cobardía es contagiosa.

Vivimos así en un país de gobernantes asustados. Todos buscan el poder en sus campañas, para aprovechar sus dulces privilegios, pero se aterran ante la posibilidad de ejercerlo cuando lo tienen. Quizá deberían renunciar todos y dejar el cargo a quien sí esté dispuesto a defender a los gobernados de los abusos de los grupos de poder.

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