Individuos armados asesinaron ayer sábado a toda la familia de un policía antiterrorista en Bagdad y a un clérigo suní en el sur mayoritariamente chií, parte de una oleada de atentados en la que murieron ocho personas en diversas partes de Irak, dijeron las autoridades.
Los nuevos ataques siguieron a tres días de bombazos y otros hechos de violencia en los que murieron 130 personas en el país. Un mercado, una mezquita y varias paradas de autobús en zonas chiíes y suníes fueron blanco de explosiones en escenas que recordaron los ataques de represalia entre ambos grupos y que pusieron al país al borde de una guerra civil en 2006 y 2007.