Los queretanos llegaron a ocho unidades y pusieron su cociente en 0.9457, a nueve puntos de Atlas. (Jam Media)
El corazón no le bastó al Querétaro, que careció de futbol para superar al Atlas, rival frente al que se tuvo que conformar con el empate 0-0, en partido poco atractivo de la fecha ocho, del Torneo Clausura 2013 de la Nueva Liga MX.
Con este resultado, los queretanos llegaron a ocho unidades y pusieron su cociente en 0.9457, a nueve puntos de Atlas, que sumó 17 dígitos en el subliderato de la Tabla General y colocó su porcentaje por el no descenso, en 1.0435.
Los Gallos Blancos fueron conscientes que esta era su gran oportunidad, no sólo para acortar distancias, sino para un nuevo comienzo que los podría catapultar hacia una eventual permanencia en la Primera División.
El problema es que con los deseos no se ganan los partidos, se hace con futbol y eso fue precisamente de lo que careció este cuadro, sobre todo de medio campo al frente, zona en la que nunca pudieron imponer condiciones ante un rival bien parado que apostó de más.
La "Furia Rojinegra" era la menos obligada y eso lo puso en práctica de manera perfecta, al atrincherarse con el único objetivo de evitar cualquier jugada de peligro sobre la meta del chileno Miguel Pinto.
De hecho, el único susto que tuvieron en el primer lapso ocurrió al minuto 14, en un balón filtrado por izquierda que le botó mal a un zaguero, lo que le permitió al colombiano Wilmer Mosquera ganar la posición y tocar por encima de la salida de Pinto, pero sin la delicadeza suficiente para enviarla al fondo de las redes.
Los de casa necesitaban algo diferente en su aparato ofensivo, por ello su técnico, Ignacio Ambriz, decidió mandar a la cancha para la parte complementaria a Amaury Escoto, quien se ha erigido como un jugador muy importante cada vez que entra de relevo.
Además, que momentos después hicieron lo propio el colombiano Edson Vázquez y Manuel Pérez, con nulos resultados, porque una y otra vez se toparon con el muro atlista y con su propia incapacidad futbolística.
En tanto que los tapatíos buscaron aprovechar esa necesidad y desesperación de su rival.
