Sin errores. La vicepresidenta del Poder Electoral, Sandra Oblitas, dijo que la segunda fase de la auditoría ampliada de las elecciones presidenciales venezolanas culminó ayer y ha arrojado una coincidencia de 99.98%.
Las autoridades electorales anunciaron ayer que la primera fase del proceso de auditoría complementaria de los comicios presidenciales del 14 de abril registró una coincidencia de 99.98% entre los votos emitidos y transmitidos, y no se ha detectado hasta ahora ninguna irregularidad.
La auditoría se lleva a cabo sin la presencia de la oposición que pidió la auditoría y que luego rechazó participar en la revisión alegando que no fueron incluidos todos los elementos de verificación del proceso que permitirían demostrar la pulcritud de las elecciones.
La vicepresidenta del Consejo Nacional Electoral, Sandra Oblitas, indicó que en los pasados 10 días se realizó la revisión de 3.505 mesas electorales o 9% de un total de 46% de las mesas de votación que no fueron incluidas en la revisión ciudadana que se realizó el 14 de abril.
Por la ley venezolana, en cada proceso electoral se debe auditar 54% de las cajas electorales. La revisión aleatoria del 46% restante de las mesas fue acordada el mes pasado por las autoridades electorales tras presiones de la oposición que objetó los resultados y desconoció la victoria del oficialista Nicolás Maduro alegando que en la consulta se cometieron presuntas irregularidades.
La auditoría "tiene un resultado más que técnico, moral. Demuestra que la robustez del sistema electoral venezolano tiene error cero", dijo Oblitas en una rueda de prensa. Destacó que en los casos donde se registraron inconsistencias se certificó que fueron debidamente justificadas en las actas levantadas por los miembros de Mesa, que incluyeron testigos de los distintos partidos políticos.
A partir del viernes "comienza nueva fase de auditoría que durará 10 días más", en los que aspiran verificar un promedio de 350 urnas de votación por día hasta completar el mes, comentó la funcionaria.
La auditoría comenzó el 6 de mayo de forma privada con presencia de técnicos del Partido Socialista Unido de Venezuela.