Afectación. La construcción de la supercarretera dejó una serie de daños y algunos ejidatarios que se vieron perjudicados.
Las negociaciones para indemnizar a los ejidatarios afectados por la construcción de la supercarretera Durango-Mazatlán avanzan a buen ritmo y se espera que se les paguen sus tierras, por lo menos, a un precio similar al que se les otorgó a los comuneros del lado de Sinaloa, por lo que se hacen las gestiones correspondientes para darle celeridad al proceso de expropiación, precisó el delegado de la Procuraduría Agraria en el estado (PA), Pedro Silerio García.
El decreto de expropiación y su respectiva indemnización, reconoció, debieron haberse estado dando desde hace 10 años; desafortunadamente, dijo, es un proceso que ya se retrasó, por lo que el Gobierno Federal actual está poniendo lo que le corresponde para que se concrete lo antes posible, en beneficio de ambas partes.
El funcionario federal agregó que se tiene conocimiento de que también se está demandando a las empresas constructoras involucradas, e incluso a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), que resarzan los llamados daños secundarios o colaterales, en perjuicio del medio ambiente y a otras áreas por donde no cruza la supercarretera y que fueron afectadas por obras adicionales en diversas zonas del bosque, en parajes y espacios de captación de agua, además de servidumbres de paso.
En este contexto, precisó que se busca que estas demandas también tengan una respuesta rápida y satisfactoria para los ejidatarios afectados.
