Los cárteles mexicanos avanzan rumbo al norte de Estados Unidos enviando a sus miembros más allá de los estados fronterizos a extender el control sobre el mercado de las drogas.
Una revisión de expedientes criminales y entrevistas con funcionarios de seguridad indican que organizaciones criminales mexicanas han colocado operadores en ciudades de al menos nueve estados no fronterizos, normalmente en suburbios de clase media.
Información del gobierno de Estados Unidos revela operaciones de cárteles en ciudades como Columbus, Ohio y Louisville, Kentucky, así como en áreas rurales de Carolina del Norte y varias ciudades de Indiana, Michigan, Minnesota y Pensilvania.
En Chicago, autoridades locales han designado al jefe del cártel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán, como en "enemigo número uno" de la ciudad.
"Se trata probablemente de la amenaza del crimen organizado más seria jamás enfrentada por Estados Unidos", dijo Jack Riley, director de la oficina de Chicago de la Agencia Antidrogas (DEA).