¿Bancos ‘buena onda’?
Tarjetas no solicitadas o aumento en su línea crediticia, atractivas promociones de pago... Pareciera que los bancos son altamente espléndidos con sus clientes. Pero, ¿qué hay detrás de esa gentileza?
El servicio bancario es uno de los más eficientes, incluso se podría considerar un modelo para otros giros de negocios. Por eso muchos se sorprenden si de pronto les llega una tarjeta no solicitada. ¿Un error de la institución? No. El documento adjunto afirma que se trata de una recompensa por ser un cliente ejemplar. Qué tentador sentirse halagado y firmar el plástico, ir a activarlo al cajero más cercano y usar esa opción de pago en la siguiente compra...
Además junto a su estado de cuenta encontrará leyendas o folletos que le ofrecen promociones únicas, ya sea directamente con el banco o aplicables en ciertos establecimientos.
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Las promociones ‘buena onda’ de los bancos le pueden acarrear problemas de tipo financiero si no reflexiona qué hay detrás de esa aparente generosidad y simplemente se entrega a disfrutar de los seductores ofrecimientos.
LETRAS CHIQUITAS
¿Qué gana el banco dándole un margen más amplio de crédito, o proporcionándole una tarjeta o un préstamo que usted no solicitó? Dinero, por supuesto.
Echar un vistazo a las famosas e ignoradas letras chiquitas le puede dejar claro lo que obtendrá la institución: quizá una jugosa comisión anual, o el simple hecho de que usted se comprometa económicamente con ellos, o amplíe más una deuda ya existente, con lo cual tal vez se vea obligado a pagar intereses durante un largo plazo.
En cuanto a las promociones, éstas tienen una fecha de caducidad y restricciones que a veces no se anuncian con la suficiente claridad. Si usted decide aprovechar una oferta pero no revisa cuidadosamente los detalles, quizá a la hora de firmar (o de recibir el cobro) descubra que no entendió bien lo prometido, o bien que la oportunidad ya había expirado y ahora debe pagar más de lo que calculó.
Los ‘ofertones’ por excelencia de las tarjetas de crédito son los ya famosos esquemas de seis, 12 y hasta 24 meses sin intereses. Aunque llevan tiempo en el mercado, todavía hay gente que confunde ese sistema que bien utilizado puede ser beneficioso pero en caso contrario se convierte en un dolor de cabeza. Por ejemplo, si usted se retrasa en sus pagos la dinámica de esta promoción señala que automáticamente se elimina la promoción y usted debe pagar los intereses que regularmente cobra el banco por comprar a plazos, y hasta intereses sobre intereses, con lo cual la deuda se convierte en una enorme bola de nieve. Lo mismo puede pasar si cede en firmar un pagaré por una cantidad que ni había pensado en pedir, sólo porque se la están brindando.
Lo ideal es que no acepte préstamos no solicitados, ni más de las tarjetas que puede manejar y sobre todo que utilice éstas de forma moderada, organizando una agenda de pagos. Desde luego, es primordial que igualmente establezca un límite en sus compras de acuerdo al presupuesto que maneja, de tal manera que aceptar las gentilezas de su banco no lo orille a un problema financiero que complicará su situación.
EL SEGURO TIENE UN COSTO
Otra de las acciones ‘bondadosas’ son los seguros que las instituciones incluyen casi siempre con sus tarjetas de crédito. Lo usual es que desde el momento en el cual se realiza el contrato, el proceso estándar incluya que le agreguen un seguro que usted no solicitó.
De acuerdo a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), los seguros paralelos a las tarjetas son amplios y pueden abarcar fallecimiento, robo o extravío, fraudes, enfermedad en viajes o accidentes, daño o robo de equipaje y protección de compra. Incluso hay algunas que manejan envío de grúas dentro del seguro contra percances carreteros.
Un seguro es una protección y brinda apoyo a quien lo tiene. Sin embargo, no es que el banco quiera su tranquilidad, sino venderle ese otro producto. Por eso no suele aclarársele que no es una obligación adquirirlo junto con la tarjeta de crédito, sino un servicio adicional que usted puede rechazar si así lo desea, considerando que la cobertura de la prima generará un costo y si se atrasa al pagarlo, esto también causará intereses. De ahí que muchas veces la mensualidad resulta ser mayor a lo esperado. Recuerde que si usted no ha realizado ninguna compra, el hecho de tener el plástico le implica un costo o anualidad y si además acepta el seguro, el importe se elevará.
Una recomendación de la Condusef es que al momento de contratar el servicio de una tarjeta despeje todas sus dudas. No firme inmediatamente. Analice si en realidad la ‘buena onda’ del banco no le traerá problemas financieros.
Históricamente las tarjetas de crédito, al igual que las Afores, representan la mayor cantidad de consultas a la Condusef... y la mayoría de ellas se llega a convertir en demanda. Esto se debe a que el cliente no lee a fondo lo estipulado con los servicios bancarios que contrató, en lugar de ello se deja envolver por la oferta del vendedor o colocador de los productos.
CONSEJOS PRÁCTICOS
En la página web de iAhorro (comparador europeo de servicios financieros) señalan algunos consejos prácticos para aprovechar al máximo las promociones en tarjetas de crédito.
Hay tres grandes rubros: uno es los descuentos en gasolineras, los cuales suelen estar sujetos a una cadena o franquicia de servicio. Cuando una propaganda así llegue a sus manos, fíjese en qué porcentaje se aplicará a su tarjeta, si será automáticamente al efectuar la compra, o si para hacerla efectiva le pedirán una facturación mínima o máxima por mes, además de la fecha de caducidad.
Otra promoción son los regalos especiales que premian al buen comprador, en este caso hay que vigilar el tipo de transacciones o la clase de pagos que incluye, y si la bonificación que se realiza es mensual o anual.
Algunos bancos manejan el llamado cash back o devolución de dinero; aquí se debe confirmar el importe mínimo de compra que se marca para poder recibir la devolución y averiguar si ésta se realiza de forma anual o mensual.
ASEGÚRESE DE CANCELAR
Las tarjetas de crédito se han convertido en una alternativa financiera para muchas familias; con una buena planeación pueden ayudar a elevar el nivel de vida. Sin embargo todo tiene un costo y en este caso es literal; si usted no está dispuesto a asumir esa responsabilidad, piense muy bien antes de emplear el plástico. No se deje influir por la facilidad con la que estos circulan hoy en día (de acuerdo a datos del Banco de México en el país hay 25 millones 369 mil).
Si guarda por ahí un plástico que ya no usa es mejor que acuda a cancelarlo cuanto antes, ya que el mero hecho de conservarlo generará una anualidad que deberá pagar (eso sin contar la posibilidad de que tenga además algún seguro).
Igualmente, si llegó a su casa un producto bancario no solicitado, cerciórese de no activarlo, de que el banco tenga claro que usted no lo quiere y lo dé por inhabilitado. En la actualidad todas las tarjetas de crédito se cancelan por teléfono y aunque puede resultar engorroso es mejor realizar la operación, ya que un descuido en este rubro puede resultarle caro.
Correo-e: smunoz@elsiglodetorreon.com.mx