Algunos espacios dejan ver detalles de color y diseño.
La Casa del Agua se llama así porque este vital elemento enriquece sus alrededores y puede apreciarse cuando se recorren sus espacios a través de un sendero marcado por el líquido. Su propietario es buzo por afición y él anhelaba que el agua fuera protagonista del diseño.
"En vez de poner un espejito de agua o una fuentecita, le propuse rodearla con el líquido", explicó el arquitecto Guillermo Almazán Cueto, creador de la obra.
La construcción está situada en Guadalajara, Jalisco, y tiene una orientación hacia el poniente, pues en esta dirección se encuentra el Bosque de la Primavera, el más importante de la metrópoli tapatía.
La edificación cuenta con una superficie construida de mil 450 metros cuadrados, y en dos plantas se distribuyen seis recámaras, comedor, cocina, desayunador, sala, patio interior y salón de juegos.
En el exterior se crearon dos terrazas, una de éstas junto a la alberca con comedor y área de estar.
La amplitud de espacios y los patios internos permiten que en la iluminación y la ventilación de la casa predominen la luz natural y las condiciones atmosféricas de su entorno.
"Es una residencia muy grande con superficies centrales que, por sus características, son oscuras. En esos ambientes yo generalmente meto patios", señaló el creativo.
ACABADOS QUE LA ENRIQUECEN
Para complementar el diseño lumínico, Almazán recurrió a Gustavo Avilés y a su hermano Carlos, con quienes, además de crear la parte de la luminotecnia, seleccionó las lámparas.
En los muros predominan los aplanados de cemento en color blanco y en los pisos destaca un mármol español de color beige. El diseño de interiores, así como la selección de obras de arte que lucen en algunos paredones, son del estudio Almazán Arquitectos.
Además de un diseño pensado para ahorrar energía en la iluminación, la vivienda cuenta con otros elementos de arquitectura sustentable.
"Tiene muchos conceptos ecológicos, como toda el agua, incluyendo la de la alberca. Se calienta por el Sol, por paneles solares (...). La luz únicamente es necesario encenderla cuando ya es de noche", precisó Almazán.
Para la residencia, no se necesitó instalar un sistema de tratamiento de aguas, pues, según el artífice, el fraccionamiento ya cuenta con éste, el cual se encarga de mejorar la utilidad del líquido y no favorecer su desperdicio.
En cuanto a las ventanas que dan hacia el poniente, éstas tienen un vidrio inteligente que permite el ingreso de la luz solar sin que se caliente en exceso la casa.
