¿Qué pueden hacer los ciudadanos cuando el Estado se niega a cumplir con sus obligaciones? ¿Se vuelve justificable la violencia?
Ayer un grupo de barzonistas bloquearon durante tres horas la carretera México-Pachuca en ambos sentidos. Miles de personas fueron afectadas. Muchos no pudieron llegar a su trabajo. Perdieron citas importantes, actividades de todo tipo. Las autoridades del Distrito Federal negociaron con los barzonistas, quienes les dijeron que en unos "minutos" levantarían el bloqueo, pero no lo hicieron. Mucho tiempo después se subieron a sus autobuses para trasladarse a la Secretaría de Gobernación, donde serían recibidos algunos de sus representantes. Más tarde una veintena de activistas de la CNTE, con el abierto apoyo de la policía capitalina, bloqueó durante horas el Paseo de la Reforma en ambos sentidos.
Los bloqueos de calles y carreteras son una pesadilla cotidiana para quienes viven en la ciudad de México, Oaxaca, Michoacán y otros lugares del país. Los plantones intermitentes en la carretera Ciudad Obregón-Nogales, Sonora, han generado pérdidas multimillonarias a las empresas que utilizan esta vía de exportación.
Supongo que algunos de quienes bloquean vías de comunicación defienden causas justas. La mayoría, sin embargo, participa en el perverso negocio de presionar al gobierno para obtener dinero o prebendas. Es evidentemente un negocio rentable. Si no, no habría tantos grupos que se dedicaran a él.
En los países democráticos la situación es completamente distinta. Las protestas se llevan a cabo sin problemas, aunque en los lugares y a las horas autorizadas por el gobierno. Los bloqueos de vías de comunicación u otras acciones para dañar a terceros no se permiten.
En México hemos pasado de un extremo, como el de 1968, cuando el ejército reprimió violentamente un mitin que no bloqueaba ninguna calle, al otro, al que sufrimos en la actualidad, en que la autoridad no se atreve a intervenir en ningún tipo de bloqueo.
Ayer hubo conatos de gresca entre los barzonistas que bloqueaban la carretera México-Pachuca y los afectados, principalmente aquellos que tuvieron que bajar del transporte público y caminar enfrente de los activistas para superar el bloqueo. Los conflictos se están haciendo cada vez más comunes y seguramente pronto alcanzarán mayores grados de violencia. La policía en el Distrito Federal, de hecho, hace ahora cortes a la circulación, no para abrir el paso a los manifestantes, sino para protegerlos de la cólera de los ciudadanos afectados.
Los comentarios de festejo en redes sociales ante la muerte de siete maestros de la CNTE, cuando un tráiler de doble remolque se impactó contra la caseta de peaje que habían tomado en San Ángel Zurumucapio, en la carretera Pátzcuaro-Uruapan en Michoacán en junio de este 2013, nos revela el grado de exasperación que ha empezado a surgir entre la población ante los bloqueos y otras agresiones de los grupos organizados.
El Estado surge como una forma de evitar los conflictos que surgen de los intereses de tribus y clanes. Todos los grupos acuerdan dejar la violencia como forma de resolver diferencias a cambio de que un gobierno tenga el monopolio del uso de la fuerza y la aplique con justicia y de acuerdo con ciertas reglas. Cuando el Estado empieza a permitir que algunos grupos puedan agredir a los demás no pasa mucho tiempo antes de que éstos recurran también a la violencia.
Los distintos órdenes de gobierno en México deben tener mucho cuidado de no continuar con una conducta que los lleva a permitir las agresiones a los demás a través del derecho a la protesta. Cuando estalle la violencia no podrán argumentar ignorancia.
AQUILA
Han sido detenidos decenas de guardias comunitarios de Aquila, Michoacán. La pegunta es si una vez más se les liberará como producto de una negociación política. Esto es lo que siempre ha pasado.
Twitter: @sergiosarmient4