¨Muy buenas noches, ha pasado mucho tiempo, es bueno volverlos a ver', expresó Damon Albarn para dar la bienvenida a sus fans, quienes la víspera abarrotaron el lugar y que por ningún momento dejaron de bailar, brincar y recordar toda una década. (EL UNIVERSAL)
Cerca de dos mil capitalinos vibraron y sucumbieron anoche ante Blur, cuatro letras que enuncian a una de las agrupaciones más emblemáticas de la década de los 90, al demostrar porque tras 24 años de su creación continúa como referencia musical y cultural en el mundo.
Tras 14 años de no pisar la capital mexicana, Damon Albarn, Graham Coxon, Alex James y Dave Rowntree irrumpieron la noche de este viernes en El Plaza Condesa, para ofrecer una velada desenfrenada y nostálgica en la que los asistentes fueron transportados dos décadas en el pasado.
Fue desde el primer acorde de "Girls and boys" cuando aquellos fanáticos, que crecieron con la banda británica y que ahora sobrepasan las tres décadas de vida, se convirtieron de nueva cuenta en adolescentes debido al sonido desenfrenado y contagioso de ese "show".
¨Muy buenas noches, ha pasado mucho tiempo, es bueno volverlos a ver", expresó Damon Albarn para dar la bienvenida a sus fans, quienes la víspera abarrotaron el lugar y que por ningún momento dejaron de bailar, brincar y recordar toda una década.
Con los primeros temas interpretados, el grupo de Colchester, Inglaterra, consiguió que el público más joven se arremolinara frente al escenario para disfrutar lo más cerca posible de la anecdótica actuación, mientras los seguidores contemporáneos aguardaban a los costados o atrás.
No obstante y sin importar el lugar en el que estuvieron los seguidores, todos de manera unánime bailaron y cantaron con canciones como "Tracy jacks", "Jubilee", "Beetlebum" y "Out of time".
En el escenario, que por momentos se pintó de azul y por otros de rojo, pudieron escucharse otros temas como "Trimm trabb" y "Caramel", además de "Coffe and TV", un emblemático himno de toda una generación que se dejó seducir hace unas décadas por grupos de brit pop, como Oasis.
A pesar de que el concierto tenía bastantes minutos de haber iniciado, los fanáticos llegaron atraídos por la descarga musical del grupo y la característica voz de su líder.
Algunos seguidores, recordaron como vivían y disfrutaban los conciertos hace unas décadas al escuchar "Tender", y de inmediato sacaron sus encendedores y los pusieron en alto para moverlos de un extremo al otro y, de esta manera, crear un momento único y anecdótico.
Conforme pasaron temas como "Country house" y "Parklife", la emoción incrementó, pero fue hasta que "Song 2" y su característico estribillo “¡Whoohoo!” fueron entonados, por lo que El Plaza Condesa pudo convertirse en una auténtica fiesta.
Allí, la adrenalina y desenfreno fluyó para hacer desaparecer la brecha generacional, ya que todos por igual disfrutaron del clímax de este concierto.
Con megáfono en mano, Damon Albarn interpretó "End of a century" y "This is a low", para después dar las gracias ante la ovación acalorada y apabullante de los asistentes, quienes deseaban unos momentos más con sus ídolos.
Minutos más tarde, el grupo regresó al templete para cerrar de manera magistral con "Under the westway", "For tomorrow" y "The universal", canciones con las que el auditorio se rindió a los pies del cuarteto.
De esta manera, la agrupación hizo vibrar a los asistentes que sucumbieron ante el encanto de Blur, una sencilla palabra que paralizó y conmocionó a la capital del país, que revivió y recordó una época.
