Un proyecto del Instituto Smithsoniano de Estudios Tropicales (ISET) en Panamá busca determinar la cantidad de manatíes que viven en el Caribe, en los alrededores de la frontera entre Panamá y Costa Rica, con el fin de asegurar su protección.
“El objetivo general es protegerlos”, indicó el biólogo marino Héctor Guzmán, sobre el estudio que realiza en el Río Sixaola en conjunto con el costarricense Mario Rivera, de la Universidad de Costa Rica.
Los investigadores, a bordo de una embarcación elaborada a partir de una unidad de transporte denominada “diablo rojo” y equipados con materiales como sonares de doble frecuencia y escáneres, recorren el río en busca de estos mamíferos.
En la investigación se recurre a acústica activa y pasiva, así como a la marcación de cada individuo con teletrimetría.
“Esta es la primera vez en mi vida que trabajo bajo el agua con algo que no veo”, explicó Guzmán en un reporte emitido por el ISET.
La investigación está dirigida a elaborar un inventario de la población de manatíes en las costas del Caribe, alrededor de la frontera entre Panamá y Costa Rica.
La zona es considerada área protegida, pero es amenazada por la deforestación, el turismo, la cacería y los agroquímicos.
“El proyecto trata de trabajar no sólo en los parques, sino en toda un área de influencia. Eso incluye una evaluación del origen de la contaminación, el uso de las tierras y un componente para la biodiversidad”, indicó el biólogo.
Se calcula que en área habitan entre 20 a 150 manatíes, cifra que será precisada por la investigación con el fin de determinar planes de protección.
Como parte de la investigación se intenta ubicar “cementerios de manatíes”, lugar donde los cazadores dejaban huesos de estos animales, para añadir a la ecología histórica de la especie.
