El mexicano es un ser excepcional, a pesar de las crisis, de la pobreza, del desempleo, de la adversidad y a veces de la muerte, vibra con el poder que genera el humor, intuitivamente sabe que es la manera más sencilla de desdramatizar la vida.
El humor lo tiene el mexicano a flor de piel y se da en todas las áreas de la vida nacional, desde el hogar hasta la oficina, desde el deporte hasta la judicatura, desde la iglesia hasta la política.
La anécdota, -como expresión del humor- nos auxilia para recrear y convivir con la "mágica mismidad" y el espíritu del ser humano; nos ayuda a interpretar el temperamento, carácter, actitud y a conocer los entretelones de la personalidad; es un claro reflejo que resume el lado humano de una persona.
Para que gusten las anécdotas, deben de ser: breves, claras, cortas, sencillas, como sustanciosas, evitando cargarlas de palabras innecesarias, que a veces abruman como ropaje sobrado que resta eficiencia al sucedido.
El tiempo me ha enseñado que si el buen sentido del humor es la patria de la felicidad y de la salud, una amable sonrisa, es el idioma universal de los hombres que vibran con la plenitud de la existencia; tiene la magia de concentrar tu vida en el amor, además de que te libera del despotismo de lo perfecto.
El humor es una lección de amor, ética y moral que disminuye tus debilidades, vigoriza tus fortalezas y te ayuda a no sucumbir ante la adversidad y el dolor, esos que inevitablemente llegan; y frente a los miedos, temores, complejos y resentimientos, -que todos tenemos-, te hace más fuerte.
La vida política, artística, deportiva, cultural, social, religiosa de la nación está fertilizada por el ingenio de múltiples anécdotas, que son el reflejo nítido del sentido común, con el que el mexicano sabe gozar la fiesta de la vida.
En muchas ocasiones sabemos bien salir del paso de comprometedoras situaciones, como la ocasión en la que el futbol nacional había sido estremecido con un triunfo espectacular del campeonísimo "Chivas Rayadas" del Guadalajara, éxito deportivo que coincidió con que en el vaticano el 21 de junio de 1963, había salido humo blanco, eligiendo como sucesor del "Papa bueno" Juan XXIII, al cardenal Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini: Pablo VI, Papa número 262 de la Iglesia Católica.
A dicho consistorio había asistido el primer Cardenal mexicano, el jalisciense José Mariano Garibi Rivera; mismo que al arribar al aeropuerto de la Cd. de México, fue rodeado por un tumulto de camarógrafos, fotógrafos y periodistas, que se acercaron a él para entrevistarlo, entre la lluvia de preguntas, una de ellas fue:
-Nos puede decir ¿Por qué no lo eligieron a usted como Papa?
-Supongo que porque mis compañeros obispos creyeron que de haberme elegido, comenzaría cambiando la guardia suiza... ¡Por la defensa de las Chivas rayadas del Guadalajara!
Esta singular respuesta, llena de ingenio y de un chispazo de picardía, forma parte de la indivisa agudeza del sentido del humor propio del mexicano, que tiene la habilidad de reír de la vida y de la muerte.
Francisco Javier Baltierra nos dice que al General Álvaro Obregón le disgustaba que los militares le atribuyeran sus derrotas a su mala suerte; tanto que un muchacho le preguntó a Obregón:
-¿Verdad mi general, que la mala suerte existe?
-Por supuesto que existe, pero Dios la reparte sólo entre los pend...
A propósito de pend... el viejo Filósofo dice: -¡Ni que fuera poco pend..!
"Soy pend… ¡pero no desobediente!"
"Todos los días tengo cinco minutos de pend… el secreto está en no excederme."
"Tengo 15 minutos de pend… cada cuarto de hora."
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