La construcción de viviendas está en vías de parálisis y frena las ventas de 36 industrias. De no ser evitada esa caída vertical se perderán 500 mil empleos en México, como sucedió en la debacle de 2008, que por encarecimiento de hipotecas causó estragos en Estados Unidos y afectó al mundo.
En este año han perdido más de 70 mil millones de pesos las principales empresas de vivienda, que son Geo, Homex, Urbi y Sare. Sus deudas son enormes, los bancos les cierran líneas de crédito y pierden capacidad de escrituración de cientos de miles de casas debido al abandono de viviendas y obstáculos burocráticos.
Entre 2009 y 2011, el desarrollo de la vivienda alcanzó niveles aceptables, pero el desplome empezó en el 2012 debido a la política equivocada de los gobiernos panistas, empeñados en lograr crecimiento económico mediante el impulso a la industria de la construcción.
En esa práctica de cuantiosos negocios turbios, los blanquiazules emitieron en sus 12 años 4.4 millones de créditos del Infonavit, el doble de los otorgados por la misma institución, desde que fue creada en 1972, hasta el año 2000. Así se pretendió dotar de viviendas a gente de escasos recursos, incluso los de ingresos de siete mil pesos al mes.
En semejante despilfarro se distinguió Ernesto Cordero, cuando fue secretario de Hacienda, y los constructores se dieron vuelo en la edificación de unidades habitacionales en lugares remotos y carentes de servicios. Hoy lo dice el propio Infonavit: Cerca de cinco millones de viviendas están abandonadas.
Los adquirentes no pudieron pagar los créditos debido a sus ínfimos ingresos, pero tampoco lo hicieron las grandes constructoras. El Infonavit es el gran perdedor. Los compradores abandonaron las casas por los deficientes servicios, el agua en primer término, y los costosos pasajes de largas distancias.
Tantos inconvenientes impiden a los empresarios escriturar viviendas, recuperar sus inversiones y pagar los empréstitos bancarios. Sus acciones en la Bolsa Mexicana de Valores se convierten en basura, sin precisarse que hayan sacado sus ganancias del país, como muchos aseguran.
Estas son las pérdidas a la vista, en dólares, de los cuatro "grandes": Urbi 400 millones (69% de sus activos), Geo 445 millones (46%), Homex 503 millones (62%) y peores estragos padece Sare al caer 68%.
Es otro dilema para el gobierno de Peña Nieto porque el Plan Nacional de Vivienda de febrero pasado generó más desconfianza debido a sus confusos cambios, como el de construir casas cerca de los núcleos de trabajo, como si hubiera terrenos disponibles a la vuelta de la esquina.
Y las 36 industrias que surten desde ladrillos y clavos hasta vidrios, marcos y pinturas se estancan. Por todo esto la crisis habitacional pone contra la pared a la economía nacional.
ASÍ PERDIERA O GANARA en Baja California la Alianza PAN-PRD, la táctica del chantaje en el Pacto por México continuaría. El blanquiazul Gustavo Madero y su fiel adherente, el perredista Jesús Zambrano, dijeron que continuarán en ese artificio, a cambio de cinco presuntas condiciones.
Son éstas: Remediar el incumplimiento del adéndum del pacto, mediante una exhaustiva investigación. Aprobar leyes secundarias de educación, telecomunicaciones y competencia económica. Aprobar en periodo extraordinario la política electoral. Realizar la reforma política del DF y acordar las reformas energética y hacendaria.
Lo del adéndum es charada de distracción y tanto las leyes secundarias como las reformas política, de energía y fiscal se derivan de iniciativas priistas. O sea, Madero y Zambrano están encantados por el trato recibido en la pasada jornada electoral, sobre todo en Baja California, y se declaran dispuestos a corresponder y rendir pleitesía.
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