Espectáculo. El maestro César Encina se presentó ayer en el Nazas.
Elegancia y precisión en la batuta. Con un piano escoltando la orquesta de cuerdas que al centro presentó el clarinete del maestro César Encina, dio inicio anoche en el Teatro Nazas el séptimo programa de la Temporada 2013 de la Camerata de Coahuila bajo la dirección del austriaco Manfred Huss.
Un movimiento lento y emotivo enmarcó el arranque del "Concierto para Clarinete" de Aaron Copland. Gran papel del maestro Encina, solista invitado, quien además de entablar un coqueto diálogo con la pianista de la orquesta Mariana Chabukiani, le imprimió su toque a la obra.
Además de los acentos de jazz que marcaron los contrabajos en la obra, la mano de Huss permitió escuchar una obra con las cadencias características del estilo del compositor norteamericano.
Después del intermedio, la orquesta coahuilense interpretó la serenata Posthorn de Mozart, que permitió que salieran a lucir los alientos, de nueva cuenta acompañados por las cuerdas. Una obra de gran factura, especialmente por los dos minuetos que hicieron parte de los ocho movimientos que tocó anoche la Camerata.
Mozart es garantía. Más cuando el director es un enterado, como lo dejó ver anoche en el Nazas el también pianista Manfred Huss, quien esta primera serie de temporada dirigió los programas seis y siete de la Camerata. Saliendo con el agradecimiento del público traducido en aplausos y muestras de afecto.
Con una lluvia de movimientos que impresionan por su velocidad, finalizó el concierto con un presto muy bien interpretado. Marcha final que se repitió como encore de despedida.