El día de ayer el gobernador de Coahuila, Rubén Moreira Valdez, destapó formalmente a Miguel Ángel Riquelme como candidato a la alcaldía de Torreón del Partido Revolucionario Institucional, para relevar la administración que termina el último minuto de este año y que encabeza Eduardo Olmos Castro.
Fue en el acto público donde se dio inicio a los Programas Sociales 2013, en el fraccionamiento El Tajito, donde el mandatario estatal dijo que le había aceptado la renuncia a Riquelme y que invitaba al diputado local, Rodrigo Fuentes Ávila, a ocupar aparte del próximo primero de febrero el puesto de Secretario de Desarrollo Social del Estado.
En entrevista aparte, el recién ungido Miguel Riquelme declaró: "Sí quiero ser alcalde de Torreón y quiero trabajar por mi ciudad. Acepto los retos que eso implica y estamos junto con mi partido, el PRI, preparados para lo que significa''.
Así las cosas, está ya en la casillero del PRI la persona que habrá de enfrentar a los panistas, que si no sucede otra cosa, lanzarán como candidato nuevamente a Jesús de León, quien hace casi cuatro años fue derrotado claramente en las urnas por el actual edil Olmos.
Los procesos de los dos partidos con posibilidades reales son ciertamente distintos: en el PRI, para designar alcaldes y diputados locales sólo se necesita la voluntad del gobernador, el dedazo prevalece como práctica inamovible en el priismo. El PAN tiene en apariencia un método poco más democrático, pero al final de cuentas, con el pasar de los años y el haber probado ya las mieles del poder, también han aprendido a realizar ciertas mañas que les permitan a los grupos internos de poder, hacerse de las candidaturas a su elección.
Para el asunto reciente, Jesús de León es el elegido por Guillermo Anaya Llamas, que inició su vida en puestos públicos en el ya distante 1996 como diputado local y que desde entonces no ha soltado la ubre del erario, ya que terminando en diciembre de 1999 su puesto en el Congreso Local, a los nueve meses cobraba ya como diputado federal de mayoría en San Lázaro, sede de la Cámara de Diputados.
Para enero de 2003, habiendo derrotado al PRI en las urnas el 29 de septiembre de 2002, inició su gestión como alcalde que terminaría en diciembre de 2005. Nuevamente para septiembre de 2006 rendía protesta como senador, con lo que garantizaba 6 años más de nóminas y prebendas. Sufre en 2010 su primera derrota electoral como candidato a gobernador, pero regresa al Senado a terminar su mandato, que concluyó el 31 de agosto del año pasado. Al día siguiente, regresaba como diputado federal, ahora por la vía plurinominal. Esto quiere decir que el señor Anaya tiene la "raya" segura al menos hasta agosto de 2015.
Con todo ese poder acumulado, el hoy diputado Anaya ha construido sus redes al interior de Acción Nacional que le permiten, hoy por hoy, ser el mandamás de ese instituto político. Su dominio le alcanza para derrotar juntos a los también exalcaldes Jorge Zermeño y José Ángel Pérez, además de cuadros de tradición como el licenciado Juan Antonio García Villa y miembros destacados como el ruidoso Rodolfo Walss y Luis Gurza, heredero de un baluarte del panismo, el ingeniero don Edmundo Gurza Villarreal. A todos juntos Anaya los aplastó en la elección del presidente del Comité Municipal del PAN al imponer claramente a Miguel Batarse sobre María Eugenia Cázares, candidata que postularon los antes mencionados.
Salvo que pasara algo extraño, se sabe desde hoy quiénes serán los contendientes del próximo domingo 7 de julio. Por un lado, el mero continuismo de los Moreira, que desde tiempos de Humberto sólo permitieron el crecimiento de dos políticos: el saliente Olmos, y el hoy flamante candidato virtual Riquelme.
En tanto por el PAN será De León, aunque las encuestas lo coloquen por debajo de las preferencias de Jorge Zermeño y del propio Anaya Llamas.
Tal vez la diferencia entre Riquelme y Olmos sea el origen de ambos. Olmos se afilió al PRI desde hace casi 20 años, pero él proviene de una familia pudiente, y su palmarés profesional privado y académico no contiene ningún logro sobresaliente. Miguel Ángel Riquelme se ha forjado -para bien o para mal- por su trabajo y méritos propios, que le permitieron estar en el ánimo de Rubén Moreira para que hoy sea candidato a presidente, pero esto no lo exime de ser parte del equipo de gobierno que tiene a Coahuila como el estado con mayor endeudamiento per cápita de México, y sobre todo, un estado que contrajo una deuda fraudulenta que luego el Congreso Local de mayoría priista validó, sin tener a nadie en la cárcel. Ese es el principal lastre de Miguel Riquelme, pero el señor sabe ganar elecciones, y no cejará en el intento.
Jesús de León es un buen tipo, pero también el poder lo ha contaminado, y si uno lo mira con detenimiento se le nota. Es además, uno de los pupilos preferidos de Anaya, porque es la tercera vez que lo quiere hacer alcalde. Hace casi 8 años, perdió la nominación a la candidatura ante José Ángel Pérez, hace 4, perdió la constitucional ante Olmos, y hoy parece que estará firme a ver si en la tercera intentona logra su objetivo.
Habrá que estar atentos con el devenir de los meses a ver quién finalmente logra ganar la elección: si Riquelme es capaz de mantener el predominio del PRI local que arrasa desde 2005, soporta el descrédito de la deuda y sobre todo del desempeño de la desastrosa administración actual municipal, o si De León logra superar su propio perfil tibio y derrota a la maquinaria priista.
Para los ciudadanos al final no tenemos caras nuevas, o es más Moreira (tal como lo fue el eslogan de su campaña) o el testaferro de Guillermo Anaya, porque eso es lo que tendremos como candidatos a Torreón.