Slim no podrá disputar los derechos para transmitir al Tri. (Archivo)
Carlos Slim no podrá competir a corto plazo por los derechos de la Selección Nacional, no al menos en unos 10 o 15 años, cuando se cumplan los contratos y convenios contraídos actualmente.
Así de clara es la exposición de José Antonio García, presidente ejecutivo del Atlante, quien sin embargo observa una competencia diferente y provechosa para el balompié nacional a partir del acceso del empresario.
“Está representado por Jesús Martínez [presidente del Pachuca], quien es un viejo lobo de mar, pero a Slim le interesa el contenido. Ya compró alguna promotora en Estados Unidos, tiene los derechos de las Olimpiadas, pero de la Selección Mexicana yo te garantizo que va a ser muy difícil que los pueda tener en por lo menos 10 o 15 años, porque ya están firmados”, asegura el controvertido presidente atlantista.
Sin embargo, la participación de Slim ha traído otro concepto de crecimiento al futbol mexicano, a decir de Toño García.
“Hoy están de acuerdo las televisoras, se reparten los equipos, comparten los derechos de transmisión. Eso es malo para los equipos, porque no hay competencia, pero entra el tercer jugador, que es Carlos Slim, y le pone sabor”, anticipa en entrevista.
“Es la competencia la que de repente te hace que te puedan meter más ingresos y tenemos que seguir peleando muchas cosas como clubes”, sugiere.
En su momento, a partir del Mundial de 1994, al que se calificó luego de muchos años de no hacerlo, México ha estado permanentemente en Copas del Mundo. “Siguió 1998, 2002, 2006, 2010, se ha ido a todos los mundiales. Y ahorita se está complicando”, sonríe. “Pero no hay pretexto”.
Después de todo, comparte el directivo, “hoy en día la televisión paga como tiene que pagar”. Y en esa evolución se han dado contratos de 7 millones, de 16, 24 y “enseguida se crea toda una estrategia de mercadotecnia, con partidos en Estados Unidos, donde el ingreso actual por concepto de Selección Mexicana se ha elevado a 100 de millones de dólares anuales, según descubre.
“Hoy hay una federación sólida, fuerte, bien administrada, donde hay dinero para trabajar la Sub-15, la Sub-17, la Sub-20, un centro de capacitación, un edificio digno y decente que está en la calle de Colima”, además de un sinfín de proyectos trazados en pro del negocio del futbol mexicano, del que ahora es parte el hombre más rico del planeta.
