Indudablemente que el recorte que Banxico realizó a la tasa de interés líder es consecuencia de una bien meditada y analizada decisión por parte de la Junta de Gobierno del Banco de México por el que siempre he mostrado mi confianza; indudablemente que se revisó si las presiones inflacionarias por el lado de la demanda están presentes o no a una tasa mayor que la del crecimiento potencial de la economía durante un período prolongado ya que dicho exceso de demanda puede dar lugar a presiones inflacionarias. El resultado es evitar que la inflación esperada se desvíe de manera sostenida del objetivo permanente del 3% anual.
Cuando la autoridad monetaria modifica el objetivo para la tasa de interés de referencia, afecta las condiciones bajo las cuales abastece liquidez al mercado de dinero. Ello con el propósito de que la tasa antes referida se ubique en el objetivo que se ha planteado. Asimismo, al modificar las condiciones de liquidez, las tasas de interés de corto plazo tienden a responder rápidamente y a moverse en la misma dirección en que el Instituto Central modificó el objetivo para la tasa de referencia.
En términos generales de acuerdo a lo expuesto por Banxico el impacto sobre las tasas de interés a diferentes plazos depende, principalmente de tres factores:
1) La trayectoria de las tasas de interés de corto plazo esperada por los agentes económicos.
2) Las expectativas de inflación de largo plazo
3) Las primas de riesgo determinadas en los mercados financieros que a su vez, estos elementos se ven influidos por el grado de credibilidad que tenga el Banco Central respecto de su compromiso y capacidad para mantener un entorno de inflación baja y estable.
Sin duda alguna entre otros aspectos los anteriores enunciados influyeron en la decisión que se tomó aunado a las finanzas públicas positivas y estables, reservas internacionales, y déficit público que a su vez repercute en un tipo de cambio favorable y estable. Sin embargo el Instituto Central deberá mantener un rígido seguimiento a la inflación ya que es resultado de las decisiones de una gran cantidad de agentes descentralizados y su curso a futuro pueden resentir desequilibrios que requieren decisiones en la política monetaria de manera inmediata.
Por otra parte la adopción de un régimen de tipo de cambio flexible que se ha venido aplicando significa que la política monetaria se constituye como ancla nominal de la economía que se concentra, en establecer condiciones ordenadas en los mercados financieros y que por la volatilidad que continuamente se registra es otra de las razones por las que hay que tener cuidado para contener las presiones inflacionarias en la economía que puedan aparecer inopinadamente.
Desde luego que no podemos olvidarnos que nuestra economía está muy ligada a la de Estados Unidos varios especialistas, estiman que el PIB real de Estados Unidos crecerá este año apenas 1.9%, en este sentido está claro que la previsión de los economistas encuestados se ha tornado pesimista con el paso del tiempo y aunado a que no se anticipa mucho cambio en la tasa de desempleo que es muy alta el pronóstico es desalentador y con el entorno mundial poco optimista por la recesión en Europa es obvio que se avizora dos años de crecimiento muy lento y desigual.
Por ello aún cuando debemos de ser optimistas en nuestro país se impone ser cautelosos ya que incluso el consenso entre los analistas en lo que se refiere a México consiste en estimar que el PIB crecerá un poco menos que el año pasado, motivado como antes dijimos por la debilidad de la economía de Estados Unidos y prueba de ello la evolución reciente de las exportaciones de manufacturas avala esta interpretación.