La expresión según la cual "Lo Perfecto es Enemigo de lo bueno", quiere decir que cuando los planes se idealizan hasta el punto de que el autor de los mismos se aparte de la realidad y la desatienda, es aplicable a los diversos planes que con el tiempo se han trazado, respecto al Centro histórico de Torreón.
Tal cosa ocurre con el llamado "Proyecto Conceptual" que en fecha reciente encomendó la Secretaría de Infraestructura del Gobierno de Coahuila a un despacho de arquitectos, que tiene a su cargo la elaboración de un proyecto ejecutivo que pretende rehabilitar el Centro de nuestra ciudad. El proyecto en comento propone la construcción de áreas peatonales mediante la cancelación de la circulación vehicular por la Avenida Morelos en diversos tramos comprendidos entre las Calles Jiménez y Zaragoza, que supone el cierre del paso por las Calles Galeana, Ramón Corona, Treviño, Acuña y Valdés Carrillo.
El paraíso urbano ofrecido, contrasta con el hecho de que el tramo mencionado de la Avenida Morelos, que abarca once cuadras y sus alrededores, el día de hoy carece de alumbrado público, las redes de agua y drenaje en algunas partes son viejas y deficientes, y el sistema de banquetas está en ruinas. Las fincas particulares salvo excepciones están desocupadas y en mal estado, lo que hace que esa avenida emblemática de nuestra ciudad que en otro tiempo fue muy bella y llena de vida, ofrezca hoy un aspecto lúgubre.
La realización del proyecto en la fase inicial en que se encuentra no ha tenido por parte de las autoridad Estatal y Municipal, la difusión que corresponde a una obra de tal importancia, cuyo costo en esta sola fase de trabajo de escritorio, ha sido tasado en dos millones de pesos, lo que ha ocasionado desconfianza entre los ciudadanos y reacciones adversas que exigen información completa y oportuna.
A contribuir al esclarecimiento de tales dudas corresponden diversos reportajes de El Siglo de Torreón aparecidos en los últimos días, que revelan que el proyecto de referencia presenta carencias preocupantes, porque no está soportado en un estudio que prevea el impacto que sobre la circulación de vehículos tendría el proyecto de realizarse y tampoco contempla solución alguna a cuestiones elementales como la del estacionamiento en la zona o la relativa a las áreas de carga y descarga.
Desde una óptica menos plástica y más práctica, se advierte la ausencia de una estrategia de fomento a la vivienda en el entorno de la obra que se propone, que genere a la vez atracción de nuevos negocios comerciales y de servicios que como tal, alimentan el círculo de necesidades atinentes al tránsito y estacionamiento de vehículos.
Como consecuencia del trabajo de investigación periodística que es objeto de comentario, la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción anuncia que va a pedir a la Secretaría de Infraestructura de Coahuila, una explicación del proyecto ejecutivo que se encuentra en proceso de realización antes de que concluya, a fin de hacer las aportaciones y sugerencias que sean pertinentes, con el propósito de que la obra constituya una verdadera rehabilitación del Centro de nuestra ciudad.
Es urgente la intervención de los organismos sociales que deseen participar desde este momento, para que las observaciones que hagan sean oportunas pues si se reservan para una fecha posterior, existe el riesgo de que resulten fuera de tiempo y a la postre, los torreonenses nos enfrentemos a hechos consumados de muy difícil y hasta de imposible rectificación.
Otros temas que resulta indispensable visualizar es el costo de la obra, la disposición de recursos y el tiempo que llevaría su construcción de principio a fin, que ofrezca la ocasión de diseñar un plan de avance por etapas que brinde la posibilidad a los propietarios y usuarios de esa parte de la ciudad, de planear la ocupación de los inmuebles destinados a vivienda y el aprovechamiento productivo de las oficinas y comercios que operan en la zona.
La obra es importante y Torreón la merece y por ello, es necesario aterrizar los planes y proyectos en el campo de la realidad de cara a la sociedad, o de lo contrario la ambiciosa rehabilitación anunciada será un simple pretexto para un nuevo saqueo de recursos públicos y una fuente de mayores inconvenientes.