Por la guerra de descalificaciones y los resultados que arrojan las encuestas de las preferencias electorales por la gubernatura de Baja California, la moneda todavía está en el aire y cualquiera de las dos principales fuerzas políticas puede obtener el triunfo en las elecciones del próximo domingo.
La elección del próximo gobernador de Baja California acapara la atención nacional, pues aunque el próximo domingo 7 de julio se celebrarán elecciones en 14 entidades de la República es la única gubernatura en disputa y además la primera que se celebra con el PRI nuevamente en Los Pinos.
Pero además hay que recordar que fue el primer estado que ganó el PAN en 1989 y el único en el que han podido repetir el triunfo en 4 ocasiones, por lo tanto, una derrota en estas primeras elecciones de una gubernatura después de haber perdido la Presidencia, sería un golpe devastador para el partido y funesto para la vida política del actual dirigente nacional, Gustavo Madero. Hay que recordar que en las pasadas elecciones presidenciales, además de perder la Presidencia también perdieron las gubernaturas de Jalisco y Morelos, que ostentaban desde antes del 2000.
Por ello es vital para el actual dirigente nacional retener el Ejecutivo del estado fronterizo, pues de lo contrario sus aspiraciones de repetir en la dirigencia nacional panista y/o eventualmente aspirar a la gubernatura de su estado natal Chihuahua en el 2015, se desvanecerían.
Del otro lado, potenciaría las esperanzas de los tricolores, que le arrebatarían a los panistas uno de sus bastiones, pero sobre todo los colocaría en una inmejorable posición para las elecciones intermedias del 2015. Vale la pena aclarar, que tras la reforma constitucional de 2007, que ordena realizar todas las elecciones (federales y estatales) el primer domingo de julio y el esfuerzo de todos los estados por alinearlas a las federales, en el 2014 no habrá ninguna elección de gobernador, sí habrá elecciones de alcaldes y congresos locales, pero no ejecutivos estatales.
Así el tricolor llegará a la renovación de la cámara baja con los antecedentes de haber recuperado el Ejecutivo federal y el primer estatal que perdió, con todas las baterías enfocadas en recuperar la mayoría que perdió en la Cámara de Diputados en las elecciones intermedias de 1997.
Precisamente por la importancia que reviste esta elección es explicable la presencia permanente de las dirigencias y personajes nacionales de parte de las dos fuerzas políticas y hasta su participación directa en la guerra de descalificaciones. Por parte del PRI acudió en repetidas ocasione el coordinador de los diputados tricolores en San Lázaro, Manlio Fabio Beltrones, pero no es el único, también acompañaron a Castro Trenti el dirigente nacional tricolor, César Camacho, y el líder de los senadores, Emilio Gamboa.
Por el lado de la coalición que encabeza el blanquiazul, Vega, los dirigentes nacionales del PAN y el PRD, Gustavo Madero y Jesús Zambrano, más allá de su presencia física fueron los que lanzaron el primer obús de la guerra de descalificaciones, en un video que se difundió a través de YouTube, pero se han sumado diversos legisladores, como Ernesto Ruffo, Armando Ríos Pitier y hasta el mismo jefe de Gobierno del Distrito Federal se desplazó al estado fronterizo para apersonarse en la campaña.
La guerra de descalificaciones la inició la coalición Unidos por Baja California, integrada por PAN, PRD, Panal y el Partido Estatal de Baja California (PEBC), Francisco Vega el viernes 24 de mayo, precisamente en un video que realizaron los dirigentes nacionales del PAN y el PRD, Gustavo Madero y Jesús Zambrano; pero poco tardó la coalición Compromiso por Baja California, conformada por PRI, PT, PVEM y el partido estatal Encuentro Social (PES), Fernando Castro Trenti, en lanzar su respuesta.
En esta guerra no hay temas vedados ni límites establecidos. Al principio la campaña negativa se basó en afirmaciones sin respaldo y críticas al ejercicio público pasado del priista Castro Trenti; pero la respuesta de los priistas fue la acusación de pederastia contra el coordinador de los diputados blanquiazules y a quien quisieron etiquetar como coordinador de campaña de Kiko Vega, aunque en realidad apoyaba la campaña del candidato a una alcaldía. La respuesta blanquiazul no se hizo esperar, ahora sí con documentos en la mano, mostrando las propiedades que Castro Trenti posee en Baja California, el Distrito Federal y hasta en el vecino país del Norte.
Ambos partidos señalan que tienen encuestas que le dan el triunfo a su candidato, pero llama la atención que las principales encuestadoras nacionales no han realizado o, al menos, no han difundido los resultados de sus encuestas, por lo cual el único referente son dos encuestas de la cadena de periódicos Healy (Frontera en Tijuana y La Crónica en Mexicali), la última publicada el viernes pasado, en el que Castro Trenti supera a "Kiko" Vega con 5 puntos porcentuales, lo que cae dentro del margen de error del estudio, por lo cual puede considerarse que existe un empate técnico.
La moneda está en el aire y, a pesar de sus declaraciones triunfalistas, eso lo saben los contendientes y el tono de sus campañas así lo denota. El próximo miércoles 3 de julio se cierran las campañas electorales, pero dado lo cerrado y crucial de la contienda, seguramente estos días de campaña todavía darán mucho de qué hablar y habrá que esperar hasta la noche del domingo o la madrugada del lunes 8 de julio para conocer al ganador.
