La idea del fin del mundo no figura en ninguna inscripción maya; pero diversos factores como la sequía, el hambre y la degradación de la selva condujeron en los hechos al colapso de numerosas ciudades de esa antigua civilización prehispánica en el período clásico, entre los siglos VIII y IX.
Hoy, nuevamente la sequía, la erosión de suelos y la merma de masa forestal -potenciados por el cambio climático- ponen en riesgo la rica biodiversidad de especies que habita en nuestro país, gran parte de la cual se concentra en los ecosistemas tropicales en la región sureste.
Para evitar la pérdida eventual de especies productoras de maderas preciosas, como la caoba y el guayacán; de frutos tropicales como el coco, el mamey o el zapote; o de cultivos básicos como la calabaza, el frijol y el maíz, el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) estableció un Banco de Germoplasma en esa entidad del sureste.
Ubicado en las instalaciones del Parque Científico y Tecnológico de Yucatán (PCTY), donde fue abierto a fines de abril, el Banco de Germoplasma -el primero en su tipo en esa zona del país- se convertirá literalmente en un semillero de ciencia en la región, pues albergará especies vegetales de interés agroindustrial, medicinal y ecológico.
"En la cultura maya tenemos más de 100 especies importantes para la alimentación; más de 50 que se han utilizado para construcción (maderables) y alrededor de 600 para aspectos medicinales. Todas ellas serán resguardadas en el recinto", comentó el doctor Alfonso Larqué Saavedra, director del PCTY.
El Banco permitirá recolectar, conservar y caracterizar material genético vegetal en todas sus formas: semillas, tubérculos y tallos o esquejes que sirven como "pie", ya sea in situ (en el hábitat natural de las plantas), ex situ (fuera de su lugar de origen); in vivo, bajo el cuidado de expertos o in vitro (en laboratorio).
BIBLIOTECAS GENÓMICAS
El inmueble de 6 hectáreas de superficie también acopia muestras vegetales de ADN que formarán las llamadas "bibliotecas genómicas", las cuales serán la base para realizar investigaciones destinadas a mejorar características de las especies, como su metabolismo, rendimiento, resistencia a sequía, entre otras.
Para ello el edificio cuenta con cinco cuartos fríos y seis ultracongeladores que generan temperaturas de -80 grados C, además de un conjunto de laboratorios asociados, entre ellos el de Genómica, Sanidad Biológica y Organismos In Vitro.
Este tipo de conservación "es muy importante para el trópico mexicano", aseguró el doctor Larqué, pues en la región sureste de nuestro país hay numerosas especies vegetales como el mango que tienen semillas recalcitrantes, mismas que no pueden conservarse fuera de su sitio de origen en condiciones de frío (menos de 10oC) o sequedad.
"Con un banco de germoplasma podemos responder ante una calamidad eventual, como un huracán. Aquí estará preservado el recurso (genético). Esperamos que el esfuerzo tan especial que han hecho los investigadores en Yucatán durante los últimos 20 años ahora se traduzca en beneficio social", añadió el investigador.
La preservación de los recursos genéticos vegetales se ha vuelto una prioridad.
Por eso, en todo el mundo se han multiplicado los esfuerzos para constituir bancos de germoplasma. Como ejemplos están el Millennium Seed Bank del Wellcome Trust, en Londres, Inglaterra y la Bóveda Global de Semillas en el archipiélago noruego de Svalbard.
En México, entre los bancos de mayor capacidad destaca el del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo en Texcoco, en el Estado de México y también en el Centro Nacional de Recursos Genéticos del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias ubicado en Tepatitlán, Jalisco.
CONSERVACIÓN E INVESTIGACIÓN
Mediante la conservación in situ, el banco en Yucatán buscará extender entre la población el conocimiento científico sobre las plantas endémicas de esa región y las que están en peligro de extinción, cuyas muestras fueron sembradas en una superficie de alrededor de cuatro hectáreas alrededor del recinto.
Arcas 'del fin del mundo'
⇒ A través de los bancos de germoplasma los científicos buscan ubicar, recolectar, conservar y caracterizar la información genética de plantas que por sus atributos son consideradas valiosas. Estos recintos son un respaldo en caso de que desaparecieran algunas debido a catástrofes como guerras, inundaciones o sequías.
⇒ En México también hay decenas de bancos de germoplasma, pero los de mayores dimensiones están en el altiplano (en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo en Texcoco, Estado de México) y la zona occidental (Centro Nacional de Recursos Genéticos en Tepatitlán, Jalisco).
