Los números de más o menos muertos ejecutados, tan publicitados en la "guerra" de Felipe Calderón, engañan y generan desconfianza. Y si no gusta la narrativa actual de los medios, que nos enseñen los sinónimos de "capo", "cártel" o "mafias", así como describir a un decapitado que pende de un árbol o de algún puente.
La incertidumbre no se acaba por informar que Chihuahua sigue a la cabeza en número de víctimas, o crece en el Estado de México o baja en Nuevo León. En un momento se dijo que en Acapulco había bajado el índice delictivo y al cabo de un mes lucía cifras de horror.
Igual ha sucedido en Tamaulipas, Sinaloa, Michoacán y en el "Veracruz seguro". Los delincuentes no son estacionarios. Se trasladan de una entidad a otra para ponerse a salvo y en cuestión de horas retornan a sus dominios.
Las cifras tampoco mienten. Marzo pasado fue el peor de los cuatro de Peña Nieto. "Milenio" contabilizó mil 40 decesos. Chihuahua encabezó la lista con 186, Sinaloa registró 108 y en el Edomex hubo alarma por el incremento de víctimas en 59%, al pasar de 54 en febrero a 86 en el mes pasado.
Según el titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, "es muy temprano para asumir actitudes triunfalistas", pero en cuatro meses del gobierno actual, hubo 4 mil 249 homicidios relacionados con la violencia, 17% menos que en los últimos cuatro meses de Felipe Calderón Hinojosa.
Si Osorio desea apartarse del triunfalismo, los más de 4 mil ejecutados a marzo anterior no dan lugar a la vanagloria. Son muchos muertos e, infortunadamente, no es percibida la fórmula ideal para contener los intensos ríos de sangre.
Por el contrario, los temores entre empresarios aumentan como sucede en Michoacán, donde los Caballeros Templarios anuncian a través de volantes la quema de vehículos transportadores de víveres en la región de Apatzingán, en la cual se enfrentan a policías comunitarios.
Los Caballeros Templarios pretenden causar terror entre familias de ese lugar, evitándoles la llegada de alimentos. En otra ocasión quemaron instalaciones de Sabritas.
Tampoco se gana nada si son erradicados términos como "capo", "jefe de finanzas", "lugarteniente", "encobijado" o "encajuelado". ¿O debemos escribir que siete cuerpos inertes fueron acomodados cuidadosamente en la cajuela de un automóvil?
Eso mismo intentó el gobierno panista y algunos medios se comprometieron, pero fue otro fracaso. En vez de organizar encuentros de comunicadores, justo en Acapulco, el asesor presidencial en seguridad pública, Óscar Naranjo Trujillo, debiera entender los efectos de la información. Si "Calletano", como perro callejero, cobró fama internacional por el supuesto de que su dueña lo abandonó, lo cual resultó falso, la infeliz mujer recibió a través de internet y las redes sociales tantas mentadas como las dirigidas a los romanos que crucificaron a Cristo. Debiera saber el asesor de seguridad pública cuánto se expresa en los medios, sobre todo en las redes, a un político que roba o no sabe gobernar. Los oídos castos son de otros tiempos.
COMO ESTÁ PREVISTO, en esta semana será aprobada la reforma de telecomunicaciones con por lo menos siete cambios reconocidos por el PRI y la acepta la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y Televisión (CIRT). El presidente de este organismo, Tristán Canales, dijo que los radiodifusores han hecho una defensa institucional y responsable de sus "legítimos derechos" y "una vez más demostramos que somos una industria comprometida con nuestras instituciones y con México". Al dirigirse a quienes "apostaban a vernos divididos" manifestó que la unidad es el valor más preciado entre los industriales de radio y televisión.
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