Woody Allen, suele afirmar: "No conozco la clave del éxito, pero sé que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo".
Algo está pasando en el Gobierno de la república que no es del agrado del pueblo.
Está dejando que los "maestros" de la Coordinadora hagan lo que se les pegue la gana, ante el desagrado del respetable y las quejas constantes de los capitalinos, que un día sí y otro también ven afectadas sus actividades cotidianas.
El gobierno quiere complacer a todo el mundo y eso no es posible nunca.
Sé que estas líneas serán del agrado de unos y otros las repudiarán, siempre es así. Pero no debe uno dejar de decir lo que piensa por temor al qué dirán o si agradará a todos.
Me preocupa escuchar voces que quisieran que Díaz Ordaz reviviera para que apaciguara a los protestantes.
¿Será que sólo sabemos vivir bajo el imperio de la mano dura? Quiero pensar que no.
Lo cierto es que mucha gente se pregunta: ¿en qué momento el Gobierno va a decir: "hasta aquí"?
Se ha ponderado el diálogo, pero las mesas de negociaciones han resultado un fracaso, porque los maestros no cumplen.
Se enfrentan con la Policía y mandan al hospital a uno que otro elemento y no les pasa nada.
La autoridad está dotada de fuerza para que haga valer sus determinaciones cuando no se cumplen voluntariamente. ¿Por qué entonces, no usar esa fuerza?
¿Por temor al qué dirán o porque el fantasma de Atenco los persigue?
Podrá criticarse lo de Atenco, pero lo cierto es que se terminó con el problema.
Podremos recordar con dolor el dos de octubre, pero se terminó con un problema que amenazaba desestabilizar todo el Estado.
Y todo para qué. ¿Para que algunos líderes de aquel movimiento se incrustaran en el Gobierno de Echeverría?
Los legisladores del PAN quieren promover una ley que regule las manifestaciones. ¿Para que no se cumpla? Además, el derecho a la libre manifestación y de protesta ya está regulado en la Constitución y tiene límites muy bien definidos.
Lo que se requiere es voluntad política. Mano firme para sostener el timón de la república.
Cuando se quiere quedar bien con todo el mundo no se queda bien con nadie. ¿O a poco creen que los maestros van a quedar satisfechos algún día?
Jamás, porque lo que ellos quieren es desestabilizar al Gobierno, no trabajar (y que les paguen) y pasearse por el D.F. mientras dure el problema.
Vacaciones pagadas en forma indefinida.
Querer darle gusto a todo el mundo nunca es posible y conduce al fracaso.
Así como el hombre tiene que vivir haciendo lo que sea mejor para él y no lo que la gente quiera, el Gobierno debe cumplir con su función, aplicar la ley, y darle tranquilidad al pueblo.
Todo tiene un límite y el límite de la tolerancia frente a los "maestros", ya se agotó.
Ahora la autoridad debe actuar y hacer valer el principio de autoridad, que para eso es un principio.
Apenas comenzaron a enderezar el barco y ya lo quieren bombardear. ¿Sé imaginan si los dirigentes sindicales fueran gobierno?
Aquí voy a terminar este comentario, porque comencé tranquilo y ya me está hirviendo la sangre.
"Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".