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COLUMNA DE HÉRCULES

EFICACIA TÉCNICO/ECONÓMICA DE LA PRODUCCIÓN

JUAN CARLOS ALONSO CARREóN

En el artículo anterior se mencionaba sobre el tratado de Sociedad Solidaria lo referente a aspectos propios de la producción de bienes y servicios, pero sobre todo haciendo hincapié que la eficacia de la economía radica en la adecuada distribución de la riqueza generada por emprendedores, técnicos, creativos, innovadores, trabajadores, etc. Cuestión inobjetable, como inobjetable es la necesidad de promover oportunidades para que los emprendedores se desarrollen.

Sin lugar a dudas es urgente y prioritario revisar, reestructurar y modernizar el funcionamiento de la Banca de Desarrollo, así como asegurar su coherencia con los planes y políticas de desarrollo. Volverla a convertir en una palanca para promover el avance de recuperación de la actividad productiva y apoyar a pequeñas y medianas empresas.

Volviendo al tratado que comparto en esta serie de artículos y que daré mas detalles del mismo al final de dicha serie, me permito recordar el párrafo inicial: Creo que la Re-Evolución Mexicana de nuestro siglo debe encaminarse a lograr una sociedad solidaria, por lo cual me permitiré en los próximos artículos compartir con ustedes las bases de estos conceptos, para juntos definir una mexicanísima concepción. Claro, ver las contribuciones teóricas previas, las utopías que se han anhelado por generaciones y las posibles, eficientes y eficaces maneras de que resulte una Sociedad Solidaria.

Hoy compartiré lo que creo destacable de dicho tratado respecto al tema del Trabajo: En el trabajo el Hombre subordina a la naturaleza a sus objetivos, regula y controla mediante su propia acción, su intercambio de materias con la naturaleza. Al variar los objetos materiales, el Hombre, en el trabajo, forma su esencia social, no produce solamente cosas, sino también, relaciones sociales, formas de comunicación y de conciencia, de ideas, crea acontecimientos históricos, en colaboración con otras personas. Históricamente, el primer acto de trabajo, no fue el simple empleo de un instrumento en los límites de un comportamiento adaptativo, cosa capaz de hacer también el animal, sino la creación del instrumento comprendiendo su utilidad como herramienta. El verdadero instrumento de trabajo no es la simple prolongación natural de un órgano y su uso, tampoco es un movimiento habitual, propio del animal, sino más bien una acción del órgano natural (de la mano) que corresponde a la lógica del instrumento y mediante éste, a las leyes objetivas del objeto En el trabajo, las acciones del individuo ya no las determina su organismo, sino los objetos con que actúa, que son una proyección de su consciencia, de su intencionalidad.

Coincido cuando se afirma que: El desarrollo de la aptitud laboral del Hombre es la continuación de la obra de otros Hombres. Y es resaltable evitar que sea utopía la premisa de que gracias a la automatización total del proceso productivo, el Hombre (que hoy día debe ser el Ser Humano, por aquello de nombrar la especie y no el género) se colocará junto a este proceso y luego por encima del mismo, con ello se hará posible superar las divisiones en el trabajo y desarrollar la especialización integral, superándose a sí mismo el antagonismo entre el tiempo libre y el laboral. La vida del Hombre se transformará en una actividad plenamente social y verdaderamente creadora.

La premisa previa que hace valida la anterior es que: El crecimiento del trabajo social comunitario, requiere profundas medidas económicas, organizativas y sociales, que conduzcan al incremento de las fuerzas productivas y al perfeccionamiento de las relaciones sociales.

amigo@juancarlosalonso.com.mx

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