Iniciamos 2013 con los primeros días ya en marcha del gobierno emanado del Revolucionario Institucional. Hoy día es común leer sobre los mitos de la Revolución Mexicana, que si Emiliano Zapata era un pequeño propietario, tenía sus buenos caballos, compró una botonadura de plata para su traje charro, le gustaba la comida francesa y el buen coñac. Los datos del conservador Venustiano Carranza, que fue presidente municipal de Cuatro Ciénegas (1894-98), diputado local, senador de la República y gobernador interino del Estado de Coahuila, todo durante la presidencia de Porfirio Díaz. Que la Revolución Mexicana fue la suma de distintas rebeliones. Y el periodo más violento fue cuando los revolucionarios se enfrentaron entre sí. Lo sabido es que los héroes que se cree que lucharon juntos y unidos, terminaron asesinándose unos a otros. Sabemos que al terminar las facciones revolucionarias se creó el "México de las instituciones", como lo llamó Plutarco Elías Calles Campuzano, al fundador el partido que hoy gobierna.
Lo cierto es que los revolucionarios no fueron todos honestos, hubo muchos que sólo buscaban su propio beneficio. Varios se aprovecharon de la revolución, ya que uno de los saldos de la lucha armada fue la cantidad de millonarios que salieron de ésta aprovechando el cargo político y/o militar. Por ejemplo en 1923 se indemnizó a los hijos de Manuel González, quien fuera Presidente de México entre 1880 y 1884, pero antes, en 1871 fue electo diputado federal por Oaxaca, pero renunció al cargo para apoyar a Porfirio Díaz en los planes de la Noria, después, al devolver el poder presidencial a Díaz para que éste cumpliera su segundo mandato, fue declarado gobernador de Guanajuato por la Legislatura de dicho estado. Cumplía su tercer periodo consecutivo de gobernador en ese estado cuando murió en una hacienda de Chapingo de la que era dueño. Murió de cáncer de páncreas el 8 de mayo de 1893 y fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres. Heredó la hacienda de Chapingo, posteriormente expropiada por el gobierno para construir la Escuela Nacional de Agricultura. La indemnización a los González fue de 900 millones de pesos de entonces (1923).
Surgen preguntas cómo: ¿Quiénes financiaron la Revolución Mexicana?, y se obtienen respuestas que se resumen en que fueron varios, desde idealistas, desde el hacendado que sacó de su bolsillo para pagar armas, comida y soldados, los dueños de compañías petroleras, y, desde luego, Porfirio Díaz en el exilio y sus socios en México, que buscaban inclinar la balanza a su conveniencia.
Pero creo que hay preguntas más importantes: ¿La Revolución Mexicana fue realmente una revolución o sólo una guerra civil?, ¿Cual es la diferencia entre transformación social y revolución social?, ¿Fue la Revolución Mexicana una revolución social?, ¿Qué falta para que la sociedad moderna valore y reivindique libre de anacronismos este proceso histórico en una perspectiva de justicia social?
112 años después, un país con defectos y virtudes requiere cuestionar estructuras que fortalecen la desigualdad, se requiere establecer nuevas estructuras económicas y sociales. La revolución social, es una transformación del conjunto de las relaciones e interacciones sociales cotidianas, implica la transformación de las estructuras económicas, las políticas, las sociales e ideológicas.
Lo importante ahora es definir la Re-Evolución que necesitamos y actuar en consecuencia.
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