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Combatiendo la fiebre

Conozca la manera adecuada de combatir este padecimiento y qué no debe hacer

Combatiendo la fiebre

Combatiendo la fiebre

Por Edith Fraire

La fiebre es uno de los síntomas que más pueden asustar a un padre, ya que en muchas ocasiones existe un desconocimiento sobre cómo atacarla, cayendo en prácticas que no ayudan mucho o que incluso agravan el cuadro.

Ante las dudas, primero que nada debemos de explicar qué es una fiebre y cómo se puede identificar en niños y bebés.

Se entiende como fiebre a la elevación de la temperatura corporal por encima de los 38.4 grados Celsius, siendo la temperatura normal entre 36.5 y 37.5 grados Celsius; por lo que la forma óptima de determinarla es mediante la medición con termómetro.

Sin embargo, de no contar con dicho instrumento, los padres de familia podemos guiarnos en el hecho de que, la fiebre como tal, suele acompañarse de signos y síntomas que se integran en un cuadro denominado Síndrome Febril, como lo son: dolor de cabeza, somnolencia, escalofríos, sudoración, rubor, mareo, náusea, pérdida del apetito, dolor de músculos y articulaciones, fatiga, aumento de pulso y respiraciones.

Dependiendo de la severidad del cuadro y la causa, pueden presentarse sólo algunos o el total de esos síntomas, pero necesariamente hay aumento de la temperatura corporal.

Atacando la fiebre

Hay tres niveles de fiebre, la más baja temperatura se le llama: Febrícula y corresponde de los 37.6 a 38.4 grados, fiebre de los 38.5 a 40.9 grados e híperpirexia de los 41 grados en adelante.

Cualquiera de los tres niveles de temperatura corporal se produce, principalmente, como mecanismo de defensa del organismo ante procesos infecciosos, aunque existen muchas causas para ello.

De esta forma debe atacarse simultáneamente la causa (infección) y la sintomatología (fiebre) para la mejor resolución posible, por lo que la atención por el profesional de salud es lo más recomendable.

Las medidas a tomarse para el control de la temperatura corporal pueden ir desde descubrir (quitarle la ropa) a la persona y colocarla en un ambiente fresco, la utilización de compresas húmedas con agua a temperatura ambiente, las cuales se colocan en tronco y cabeza, así como en axilas; y por último el baño con agua fresca, pero nunca fría.

En el aspecto farmacológico existen medicamentos de libre venta por su buen margen de seguridad que en dosis adecuadas son de gran utilidad para la normalización de la temperatura corporal, así como para la disminución o eliminación de la sintomatología acompañante. El más utilizado de ellos es el paracetamol.

De suma importancia es mantener una buena hidratación, por lo que deben ofrecerse líquidos abundantes en todo momento, ya que estos reponen las pérdidas debidas a la evaporación o excreción y facilita la regulación de la temperatura corporal.

Los riesgos

En menores de 5 años pueden llegar a presentarse convulsiones, situación particularmente desagradable para los padres y que amerita atención profesional inmediata. En personas de cualquier edad, en caso de híperpirexia, puede llegar a presentarse la desnaturalización de proteínas de los tejidos corporales debido a las altas temperaturas, con daño a órganos centrales, siendo especialmente susceptible el sistema nervioso.

En casos graves, refractarios y que no han sido debidamente atendidos, la muerte es una posibilidad.

¿Qué no se debe hacer?

Hay dos formas en que el organismo aumenta su temperatura: aumentando la producción de calor o disminuyendo su disipación. El sumergir a la persona en agua helada produce vasoconstricción periférica, por lo que disminuye la disipación de calor a través de los miembros, conservando la alta temperatura en órganos centrales, justo donde es más peligrosa.

También es importante evitar la sobre dosificación de medicamentos. No existe medicamento sin dosis tóxica o sin efectos indeseables a corto o largo plazo.

Además no se debe dudar de acudir al doctor, en caso de que la temperatura corporal no se normalice mediante las medidas expuestas o incluso continúe elevándose.

Lo que debemos tener en casa:

* Principalmente un termómetro

* Compresas que pueden ser utilizadas a temperatura neutra siendo estas colocadas en cabeza, costados y axilas.

* Asimismo, se puede dar un baño al menor, mismo que debe de estar a una temperatura templada.

* Paracetamol, medicamento que le ayudará a disminuir, con dosis establecidas por un profesional, la fiebre.

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