Lecciones de Joaquín II
-¿Qué te puede ofrecer un vendedor de línea blanca a comisión y sin sueldo? A pesar de que don Ernesto, el papá de Gaby, no daba su aprobación a su noviazgo con Joaquín, ellos se casaron en 1952.
Después de la pérdida de un ojo debido a un accidente de trabajo, el doctor le aseguró que no podría volver a manejar un automóvil. Entonces, Joaquín decidió que como viaje de luna de miel manejaría de México a Nueva York en un Ford que tenía 16 años de uso, para llegar al piso más alto del Empire State, donde con una mentada, le brindaría su hazaña al doctor.
"Invariablemente guardé el dinero que ganaba" dice Joaquín quien al dejar el ejército nunca más volvió a tener un sueldo. Con los ahorros, estableció su primera gasolinera, ubicada enfrente del aeropuerto de la Ciudad de México. La equipó con un reproductor de música y dio uniformes para sus empleados, después de un tiempo la llevó a romper el récord de ventas de gasolina en el país.
"Se dice que todo ser humano tiene una oportunidad en su vida. La diferencia está en que unos la identifican cuando ésta llega y otros ni se enteran. Opino que hay algo de cierto en esta afirmación", comentaba Joaquín, quien siempre hablaba de tener una ranita que le hacía clic en el estómago en presencia de un buen negocio. Una vez que la sentía se lanzaba por lo mejor, sin siquiera pensar en un posible fracaso. Nunca le falló.
Su carrera de vendedor creció y se volvió vendedor de partes de avión, hasta que llegó el día -tal y como lo soñó- en que Joaquín vendía a la Fuerza Aérea Mexicana "hasta el último tornillo".
Un día, mientras se encontraba en una fila para cobrar una factura, se enteró de la existencia de un avión DC-6 viejo e inservible que estaba condenado al abandono. A Joaquín se le ocurrió ofertar por él una cantidad irrisoria. "Sí, te lo vendemos -le respondieron-, con la condición de que te lo lleves ahorita".
Joaquín de volada organizó que una grúa lo cruzara del hangar a su gasolinera, a la cual daría un atractivo más para sus clientes; al hacerlo tenía en cuenta que en esa época -hace 40 años- eran pocos los privilegiados que conocían un avión por dentro. Pero poner la idea en práctica fue una pesadilla. Se encontró con mil obstáculos que no imaginó, las 20 toneladas de peso del avión provocaron el hundimiento del pavimento, y en el intento chocó con los cables de alta tensión y del trolebús que estorbaban su paso. "Cuando llegué a mi casa al amanecer, Gaby dormía, pero me sintió y de inmediato me preguntó: "¿De dónde vienes a estas horas?". Mi respuesta fue: "Compré un DC-6, pero se me hundió en el pasto del camellón". Con los ojos desorbitados por el asombro, me dijo que me acostara, que hablaríamos al día siguiente. Ya después me confesó que creyó que estaba 'hasta atrás', por lo inverosímil de mi narración." "Ese viejo avión, dio un cambio a mi vida, pues con él nació el restaurante Wings".
La música siempre fue su pasión. "En 1964, después de trabajar como loco, compré mi primer automóvil en Los Ángeles, California, y al traer el coche a México, oprimí una tecla que decía FM y se sintonizó una estación. Empecé a escuchar una música hermosa, con una calidad que nunca había escuchado en radio". Llegando fue a la SCOP, nació Stereorey y se comenzó a usar esa banda que nadie antes explotaba en el país.
El primer lugar que fungió como estudio de radio para grabar la música de Stereorey -hoy MVS- fue el vestidor de su casa. Después habilitó el despacho de la misma, en donde se instalaba a grabar cientos de horas.
En fin que la vida de Joaquín Vargas, se puede reducir a tres palabras: actitud, lucha y trabajo.