El presidente Enrique Peña Nieto puso en marcha la Cruzada Nacional Contra el Hambre, que pretende beneficiar a 7.4 millones de mexicanos que viven en los 400 municipios con los más altos índices de marginación, incluyendo algunos urbanos.
La Cruzada será permanente durante los próximos seis años y "cruzará" 70 programas sociales federales y estatales.
Además, se prevé la creación de brigadas que irán a comunidades a alfabetizar y apoyar en el desarrollo de programas productivos. Se aplicarán mecanismos para ayudar a la gente a superar su condición de pobreza, a través no sólo de alimentos sino con programas de empleos y de infraestructura de servicios para que todas las comunidades tengan agua, luz y drenaje.
En este enfoque integral, se crea un Sistema Nacional de la Cruzada Nacional Contra el Hambre, (Sinhambre) conformado por las Secretarías de Estado y organismos como el DIF, la Comisión Nacional de Pueblos Indígenas y el Instituto Nacional de las Mujeres, entre otros. Además, se formará un Consejo Nacional de la Cruzada Contra el Hambre como instancia para la construcción de acuerdos entre los sectores público, privado y social, en el que participarán líderes de opinión, sociales y religiosos; académicos, intelectuales, representantes de la sociedad civil y del sector empresarial.
El presidente Peña Nieto destacó que esta estrategia no es asistencialista sino de inclusión.