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¿Cómo le quito el pañal?

Desde una mirada más compleja y profunda, el control de esfínteres implica el conocimiento del cuerpo y el desarrollo de la sexualidad infantil.

Desde una mirada más compleja y profunda, el control de esfínteres implica el conocimiento del cuerpo y el desarrollo de la sexualidad infantil.

AGENCIAS

Control de esfínteres es la manera técnica como nos referimos al desarrollo de habilidades infantiles para identificar que tienen la necesidad de orinar o evacuar, indicarlo a un adulto cercano y hacerlo en un espacio especialmente designado, tal como una bacinica infantil o la bacinica de la casa con un adaptador. El concepto incluye tres fases que implican grandes cambios en la manera en la cual están acostumbrados a hacerlo:

Ya no será en el pañal, acostado, parado, jugando o sentado; debe ser sentado, sin ropa en un espacio especial y en un momento determinado. Allí la creatividad de los padres y de las empresas especializadas hacen gala de múltiples posibilidades, que buscan en presentarle al niño una opción agradable. Bacinicas con caricaturas, sonidos y músicas abundan en el mercado. No se trata del sustituto del pañal, porque es definitivamente un proceso diferente, el pañal está allí siempre disponible, la bacinica hay que buscarla.

Deben avisarle a alguien para que lo ayude; usualmente el control de esfínteres ocurre entre los dos y los tres años, cuando aún los niños no tienen un dominio experto de su motricidad fina como para quitarse la ropa, limpiarse y volverse a vestir, por esto necesitan ayuda. Esto implica otro cambio radical, antes simplemente ocurría y la sensación de humedad causando incomodidad los hacia manifestar, con llanto al principio y con palabras después, que necesitaban ser cambiados.

Este paso implica el más importante de todos: deben reconocer que tienen ganas de... No se trata de reconocer el proceso de evacuación, eso es bastante sencillo por el efecto de la humedad, aunque los pañales modernos hacen todo lo posible por minimizar ese efecto. Ellos deben reconocer que hay cambios en su cuerpo que van avisando que se acerca el momento, eso que popularmente llamamos, ¡ya tiene ganas! Se trata de un concepto bastante abstracto, difícil de comprender y de expresar por parte de niños en pleno desarrollo.

Es muy importante no confundir el control de esfínteres con la enuresis o hacerse pipí dormido, lo cual es un comportamiento que ocurre en muchos casos durante la niñez y sólo se refiere a mojar la cama mientras se duerme; es decir, sin estar despiertos.

¿Por qué es tan importante?

El control de esfínteres constituye uno de los hitos del desarrollo infantil; para los especialistas que trabajan en el área es uno de los temas que se exploran en las entrevistas preliminares, como los hitos motores (sentarse, caminar) y los de lenguaje (atender, hablar, comprender). El control de esfínteres da información sobre cómo se va desarrollando el niño. Teóricamente, debe alcanzarse antes de los tres años, aunque cada niño es diferente.

Desde una mirada más compleja y profunda, el control de esfínteres implica el conocimiento del cuerpo y el desarrollo de la sexualidad infantil, pues implica un cambio radical en la manera de relacionarse con su entorno y consigo mismo.

¿Cómo iniciamos? Método tradicional vs el método natural

Tradicionalmente, nos indican que el control de esfínteres lo deciden los padres, cuando ya se considera que es el momento, y es muy sencillo: se compra la bacinica, se le explica al niño lo que debe hacer allí y se le sienta unas cuantas veces al día para que haga. La técnica suele incluir reforzamiento positivo, es decir, premios cuando lo hace bien, estimulación simultánea, como poner a correr agua para que le den ganas, y tener la rutina de hacerlo siempre a la misma hora. También sugieren leerles cuentos sobre el uso de la bacinica para afianzar el proceso. Algunos profesionales sugieren poner ropa interior de tela sobre el pañal, para que el niño se vaya acostumbrando a bajarlo.

Este procedimiento, si bien es efectivo, va en contra de los procesos naturales. Los adultos no vamos al baño a horas preestablecidas sino cuando tenemos ganas de hacerlo. La propuesta natural busca en primer lugar dejar el momento en manos del niño, su cuerpo va avisando, el primer signo es muy claro, ya no moja pañales continuamente sino hace varias veces en gran cantidad, es muy fácil observar que los pañales están secos largas horas y de pronto están a reventar. Una vez que el cuerpo ha dado el primer mensaje podemos cambiar el pañal por ropa interior. Los pañales de entrenamiento no son muy efectivos, porque si bien se suben y bajan, el problema no es la habilidad motriz del niño para vestirse o desvestirse; es reconocer las señales de su cuerpo: con ropa, se sentirá mojado e incómodo y aprende rápidamente a asociar sus cambios corporales con el resultado.

Si esto se acompaña con explicaciones y mucha paciencia, se avanzará en el proceso con una gran ganancia en autoestima y autoconocimiento. Pero no se trata de un proceso de cambio mágico, suele ser de ir y venir muchas veces, avisa, se hace dos o tres veces, avisa cinco más y se vuelve a hacer; por ellos puede ser agotador.

¿Puede planificarse?

No del todo, ocurre en el mejor momento para el niño. A veces, las circunstancias familiares y personales no son las más adecuadas; se trata de un momento de transición importante en la vida de los hijos.

No se trata de un paso definitivo, muchas veces los niños se volverán a hacer pipí encima por muchas razones: porque están concentrados jugando y no quieren dejar de hacerlo, porque quieren experimentar o simplemente se les olvida. Es parte del proceso. En esos casos requieren más apoyo comprensión y educación; es conveniente dejarlos hablar, preguntarles qué pasó. Aun con el lenguaje más básico identifican que se hicieron encima, preguntarles sobre las razones y si consideran qué es lo correcto. Reprenderlos, castigarlos e incluso pegarles no soluciona nada y peor aún, afectará el sano desarrollo del niño, sus nociones del cuerpo, que forman parte de las bases de su personalidad en construcción. Un abrazo solidario y compresión es más educativo y fortalecedor para ambos.

El momento oportuno

• Se trata de un proceso natural, hay que estar atentos a los ritmos de su cuerpo.

• No se les debe imponer ir al baño a horas preestablecidas, eso no es natural.

• Si los padres sienten que no están en sintonía con el momento, postérguenlo un poco, para poder tener mucha paciencia cuando lo asuman.

• Hoy en día hay muchas bacinicas portátiles; al principio los niños suelen avisar cuando ya están haciéndose y es difícil llegar hasta el baño.

• Se puede implementar como práctica familiar ir todos al baño antes de dormir, como parte de la rutina diaria.

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Escrito en: CUIDADOS BEBÉ

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