Pido disculpas a mis escasos lectores por mi ausencia de estas páginas durante varios días. La justifico por mi participación en diversos actos comunitarios que forman parte de una "cruzada" para reducir en Estados Unidos el riesgo de matanza de inocentes, regulando en forma estricta la compra y uso de armas de fuego, que en nuestros vecinos del Norte es un anathema. En el país vecino hay un mercado libre, abierto, elitista y poco vigilado en la venta de todo tipo de armas de fuego.
Además tuve que asistir a una junta de trabajo en Zurich, Suiza, donde tuvimos la oportunidad de visitar las oropelescas oficinas de la FIFA. (Imagínense: ¡tienen un salón hecho todo de mármol de Carrara!) Sin duda el futbol es un enorme negocio internacional, del cual siempre he pensado que nuestro futbol forma parte como "pariente incómodo", especialmente por la fama de haber sido socios de la alta política que ciertos directivos de nuestro futbol manipularon junto al Sr. Havelange por mucho tiempo.
Aclaro que no tengo nada en contra de que haya un organismo rector del futbol mundial. Lo que siempre me ha molestado es que por una razón u otra nuestro futbol, así como el de esta región del mundo, es visto como "platos de segunda mesa" frente al "poderoso" futbol europeo y a veces por el Sudamericano. En nada ha ayudado que por el timón de la Concacaf hayan desfilado ciertos personajes que nunca han mostrado realmente gran interés por fomentar un desarrollo regional del futbol.
Todos sabemos que don Pepe Blatter es un enigma. Debe su posición a haber sido (y ser) el hombre de confianza del discutido Sr. Havelange, a quien le ha cubierto las espaldas en más de una ocasión. La ley suiza es muy especial y se estira como chicle cuando se trata de juicios contra empresas según el "cantón" (equivalente a estado) donde estén registradas. Pude comprobar que para eludir un posible juicio por fraude comercial durante el régimen del Sr. Havelange, a fines del siglo pasado, FIFA llevó documentos a una oficina provisional en Zug, acogiéndose a la ley suiza que da cierta autonomía legal a los "cantones". Yo visité esa oficina en 1998 y había dos empleados solamente.
No me mal interpreten: si la ley dice que eso es legal, no hay nada que hablar. Pero llamar a eso manipulación es correcto. Esta es una de las muchas "manipulaciones" por las cuales la Confederación Europea que dirige Michel Platini ha tenido enfrentamientos con FIFA. Pero claro, "donde manda general no gobierna marinero". El mismo Platini actúa en forma totalitaria en muchos casos. Su explicación es que "de otra forma abusarían de sus derechos todas las asociaciones europeas".
El futbol de América tiene el problema de que la Confederación Sudamericana está guiada entre bambalinas por el propio Sr. Havelange, nonagenario muy listo, que prueba que "más sabe el Diablo por viejo que por diablo". Ignoro qué tanto intervino en guiar las decisiones económicas de FIFA, pero es indudable que Sud América es el grupo favorito de FIFA. No olvidemos que el Sr. Blatter llegó donde está por ser fiel al Sr. Havelange; y es un hombre agradecido aunque no muy popular que se diga.
Mi preocupación como aficionado que todavía tiene sueños románticos sobre la legalidad en el futbol, es el divorcio no legal pero de conveniencia del futbol mexicano con el de la Concacaf. Cuando conviene ($$$) preferimos Sudamérica, pero para bien o para mal, somos América del Norte y no del Sur. Hay algo que se llama nobleza y legalidad. Me atrevo a decir que lo que nos mantiene "atados" a Concacaf, no es tanto la geografía, sino el hecho de que resulta más fácil calificar para un Mundial jugando aquí, que en Sudamérica. Como decía Benavente, "el amor y el interés, etc.".
Que tengan ustedes una feliz semana de futbol.
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