Bien dicen que el éxito tiene muchos progenitores y el fracaso es huérfano. Luego del horrible partido que dieron los Yankees de Nueva York en el inicio del campeonato de la Liga Americana de beisbol, páginas enteras y muchos litros de tinta se han empleado en criticar ruidosamente la derrota del equipo de más abolengo en el beisbol mundial. De pronto todos los que critican son expertos. Pero en fin, éste es un defecto de TODOS los que nos dedicamos a escribir sobre el deporte en general.
Siempre he dicho que es muy fácil criticar - esto lo hace cualquiera que tenga dos ojos y dos oídos. Lo que realmente es importante es criticar constructivamente. Esto requiere evitar juicios como "es incomprensible", "son muy malos"" o "es incredible que un entrenador haya hecho esto o lo otro, etc.". No lectores, no crean que me excluyo de la lista de los que critican, simplemente la vida me ha enseñado que antes de abrir la boca (o sentarse a teclear) uno debe analizar situaciones, limitaciones, fallas heredadas, etc.
No recuerdo de quien fue la sabia frase de que "los críticos rara vez sugieren soluciones viables". Es que criticar lo hace cualquiera, anticipar problemas sólo un pitoniso de bola de cristal (que no existe). Dicho de otra forma, si no tienes la solución mejor no critiques. En el caso de los Yankees en las Ligas Mayores, como el de Cruz Azul, Guadalajara y tantos otros en el futbol mexicano, se requieren soluciones factibles y no críticas emocionales. Pienso que igual ha ocurrido con equipos bien conjuntados con estructura sólida, como es el caso de Toluca, Santos Laguna y tantos otros.
Volviendo al caso de los Yankees: cuatro de los jugadores clave están lesionados y es imposible encontrar quién los sustituya cuando el libro de contratos ya está cerrado; igual ocurre en una liga profesional de futbol. Un Messi está aún listo para jugar, pero dudo que tengan un substituto si llega a lesionarse; el beisbol es un juego que depende de posiciones clave con jugadores caros y escasos, por lo que es imposible inventar de la noche a la mañana un jugador que se pueda jugar como los que debe sustituir, jugadores fogueados y que al mismo tiempo se han lesionado, situación que no ocurría en la historia de un equipo como los Yankees de Nueva York en la última década.
Claro que los grandes equipos del deporte deben tener "cantera"; pero quienes han manejado cualquier equipo profesional en cualquier deporte, sabe lo difícil que es tenerla. Y es que más fácil encontrar jugadores clave en el tenis que en un deporte de equipo. Como me decía mi amigo Horacio Casarín, "no tenía chiste anotar goles cuando me ponían la pelota" "a modo", los pases del "Calavera" Ávila, Martín Vantolrá, Roberto Scarone y tantos otros".
No me gusta la expresión de "jugadores fuera de serie" en deportes que se juegan como equipo de seis, nueve u once voluntades. Cierto, hay posiciones más delicadas, más distinguibles; y hay jugadores más habilidosos que otros, pero supuestamente todos juegan para el equipo. El resultado es la suma de voluntades, de aciertos, de disciplina colectiva. Sin negar que un "pitcher" es fundamental en el beisbol, aún así depende de que su equipo anote carreras; y aún en el único caso que existe de un pitcher que ponchó a 27 jugadores, hubiera sido imposible que lo lograra de no haber tenido un receptor de sus lanzamientos; y claro, como las carreras en el beisbol se logran bateando, tampoco hubiera podido ganar el juego sin que sus compañeros anotaran una o más carreras. No conozco lanzadores que bateen para anotar carreras y ganen muchos juegos por sí solos; como en el futbol nadie puede anotar a menos que otros jugadores armen un avance y le pongan la pelota "a modo" para incrustarla dentro del arco rival.
Si me dicen que los Yankees en el beisbol, o el Toluca y el Guadalajara en el futbol están fracasando, yo prefiero pensar que están jugando mal en alguna de sus líneas; analizaría la causa, y si ésta se basa en falta de jugadores adecuados, en entrenador poco competente, en falta de supervisión de la condición física de los jugadores, etc., etc.; entonces iría al origen aparente del problema y pondría remedio. Hay remedios que no siempre puede aplicarse enseguida, que requieren recapacitar, convencer, reentrenar, en una palabra paciencia… pero nunca creer que el ser humano funciona a base de milagros. Y agregaría que a veces la solución no es sólo de entrenador o jugadores, sino a veces de algún directivo prepotente que cree saber de todo. Si éste es el caso, quien sobra es el directivo, no el entrenador ni los jugadores. (Malo cuando el directivo es el dueño del equipo).
Eso sí, no es lo mismo criticar que sugerir soluciones. Cualquiera que tenga dos ojos y una boca puede criticar; pero sugerir soluciones requiere pensar y tener experiencia; y sobre todo, valor para hacerlo. Así que si yo fuera responsable de un equipo deportivo, pediría a quienes critican mi actividad, ésos que dicen saber cuáles son mis errores en el manejo del equipo, que me enviaran una lista de lo que se hizo mal; pero sobre todo: que además sugieran cómo corregir mis errores; y me envíen una lista de acciones a las que apuesten ellos toda su reputación de que si las pongo en práctica, los problemas se van a resolver.
Y es que criticar lo que anda mal, lo puede hacer cualquiera que tenga dos ojos y una boca; hace años, cuando era más joven solía yo hacerlo, pero Dios me puso en el camino de mucha gente inteligente y madura que gradualmente me enseñó a pensar antes de actuar para enfrentar las realidades de la responsabilidad que todos tenemos hacia los logros, sea en el deporte, en la familia y en la vida. Y créanme desde entonces, he criticado MUY poco, sobre todo en lo que está fuera de mi alcance resolverlo.
Prefiero aplaudir a quien lo resuelve…
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